El Real Madrid arrebató el factor pista al Barça en el primer partido de las finales de la Liga Endesa, que el conjunto blanco venció ayer en el Palau Blaugrana (75-88), liderado en ataque por Gabriel Deck (18 puntos) y Adam Hanga (16). Aún sin Pablo Laso en el banquillo, el conjunto madridista llegaba a la cita en mejor dinámica, vencedor en 15 de los 16 últimos partidos, y del clásico más reciente, la semifinal de la Euroliga.

Pese al arreón final del Barça, con Rokas Jokubaitis y Nico Laprovittola al volante, el Madrid, más agresivo y superior en ambos extremos de la pista, dominó en todo momento un partido que rompió antes del descanso (29-49, min.19), siendo el claro vencedor en la batalla por el rebote (30 a 38, 17 en ataque).

Sertac Sanli, duda hasta última hora por un esguince en el tobillo izquierdo, se unió a la lista de bajas azulgranas, junto con Pierre Oriola, con dolores en la espalda, y Dante Exum, descartado. En el Real Madrid, Sergio Llull y Alberto Abalde regresaban al equipo, ya recuperados.

Nikola Mirotic empezó el partido con la muñeca caliente, pero el Real Madrid subió pronto la agresividad defensiva en el poste bajo e, impulsado por las penetraciones de Adam Hanga y ocho tantos de Fabien Causeur, provocó el primer tiempo muerto de Jasikevicius (11-16, min.5).

Después, el Barça involucionó. Atropellado en ataque y tibio en defensa, el cuadro catalán fue acribillado desde el perímetro, con Guerschon Yabusele sumándose a la anotación madridista. Laprovittola descorchó el segundo cuarto con un triple que avivó las esperanzas del Palau, pero fue un espejismo. El cuadro blanco apretó las tuercas en defensa, mientras que en ataque incidió en la explosividad de Hanga y el rebote ofensivo para incrementar su ventaja (20-37, min.12). Con el camino al aro vedado, el Barça siguió espeso en ataque, pese a la aparición de Kyle Kuric (líder en anotación junto con Mirotic), superado por la agresividad del Madrid, con Hanga en estado de gracia (16 puntos). Tras el descanso, el Barça recuperó el libreto de Jasikevicius y, bajo la dirección de Calathes, atacó con más fluidez. Sin embargo, los puntos de Kuric, Mirotic y Rolands Smits servían de poco ante la sangría defensiva de los azulgranas, con Gaby Deck como estilete blanco. El cuadro azulgrana perdía en ataque lo que ganaba en defensa, y el Madrid, sin el menor atisbo de relajación, supo aguantar la presión para amarrar el triunfo (75-88) y arrebatar el factor cancha.