Abrió Xavi este lunes la puerta de su despacho y el Barça anunciaba un par de fichajes, realizados desde hace varios meses. Son fichajes de clase media, esa que debe servir para equilibrar una plantilla en la que había excesiva distancia generacional entre las vacas sagradas (Busquets, Alba, Piqué), que agotan sus últimos pasos, y los jóvenes ilusionantes (Ansu, Pedri, Gavi, Araujo...), obligados a liderar la reconstrucción. Kessié, centrocampista que va más allá del músculo que irradia su poderosa figura, y Christensen, central curtido y elegante, encajan en esa imprescindible clase media que requiere el nuevo Barça de Xavi.

Ni tres horas de diferencia existieron entre el anuncio del jugador costamarfileño y el del defensa danés. Ambos tienen muchas más cosas en común de lo que creen. Llegan a coste cero (el Barça no ha abonado un euro al Milan por Kessié ni tampoco al Chelsea por Christensen), dotados de experiencia internacional necesaria para aumentar la competencia en la plantilla. No solo eso.

Son piezas básicas para entrar en la política de rotaciones que desea implantar el técnico en este curso, donde la celebración del Mundial (arranca a mediados de noviembre y acaba e mediados de diciembre), comprime todavía mucho más el calendario. Tienen prácticamente la misma edad: Christensen cumplió 26 años el pasado 10 de abril y Kessié llegará a esa misma cifra el próximo 19 de diciembre.

Compensar la plantilla

No aparecen como pilares del nuevo proyecto (Lewandowski y Koundé, por ejemplo, sí que encajan perfectamente para Xavi en esa definición), pero son dos elementos claves. Claves porque le dan al técnico mucho más recursos y porque en la obligada política de austeridad que maneja el Barça tras el despilfarro de la ‘era Bartomeu’ suponen una inyección de talento y calidad para elevar el nivel de una descompensada plantilla.

Además, el Barça, si se atiende al valor de mercado de ambos futbolistas (el de Kessié, según la web especializada Transfermarkt, es de 45 y el de Christensen, de 35), puede argumentar que se libra de invertir 80 millones para traerlos. Se trata, o debería ser así, de futbolistas con rendimiento inmediato, a los que el entrenador debe hallar acomodo al instante ya que permitiría al técnico agitar las viejas y gastadas jerarquías del grupo.

Y Riqui Puig se presentó

A la espera de poder trabajar con ellos (Kessié será presentado mañana y Christensen el jueves), Xavi ya se colocó el chándal para dirigir el primer entrenamiento. Trabajó este lunes con un heterogéneo grupo de 23 futbolistas, que contenía, además, alguna sorpresa, como la inesperada presencia de Riqui Puig, a quien el entrenador le había dado una semana más de vacaciones para que se fuera buscando un nuevo destino porque no cuenta con él. Pero el canterano se pasó por la ciudad deportiva, al igual que Neto, otro que no entra en los planes porque el club se ahorraría así su elevada ficha y dejaría hueco para el retorno de Iñaki Peña.

Heterogéneo grupo porque la frontera entre futbolistas del primer equipo y del Barça Atlètic no está muy definida, como ya ocurre con Collado, que ha vuelto de su cesión al Granada o el propio Iñaki Peña, terminada su etapa en el Galatasaray. También se entrenaron Trincao y Pjanic, jugadores que no son estratégicos para Xavi, feliz, eso sí, de ver a Ansu y Pedri, al fin, juntos sobre el césped. Si ellos están bien, son la mejor noticia para el técnico, deseoso de tener a Lewandowski y Koundé.