Séptima medalla para la delegación española, un bronce a cargo de Mario García Romo en la final de 1.500 que lanzó de principio a fin Jakob Ingebrigtsen. El noruego consigue el doblete tras su victoria en los 5.000 metros, por delante de Mohamed Katir. El sevillano Gonzalo García logró una plaza de finalista al entrar en sexta posición e Ignacio Fontes fue undécimo.

Mucha expectación había creado la final de 1.500, con tres españoles y un indiscutible favorito, Jakob Ingebrigtsen. Favorito pero no imbatible al acumular dos significativas derrotas esta temporada y en esta distancia. Mario García Romo, Ignacio Fontes y Gonzalo García tomaban la salida junto al fenómeno noruego de 21 años.

García Romo se pegó al noruego como un lapa, seguro de que a su rebufo se llegaba al podio y la única posibilidad de sorprender al poderoso corredor vikingo si éste flaqueaba. Su decisión tuvo premio pero en la recta final no pudo aguantar el ataque del británico Jake Edward, que se llevó la plata.

Saga familiar

El fenómeno Ingebrigtsen también sabe lo que es perder. El etíope Samuel Tefera en el Mundial indoor de Belgrado y Jake Wightman en Eugene han sido los últimos en romper la racha ganadora del campeón olímpico en Tokio. El británico se ha apuntado en Munich en los 800 metros y pasó sin despeinarse su eliminatoria para disputar la semifinal junto con los españoles Mariano García y Adrián Ben, impecables en la calificación de. 

El pequeño de los Ingebrigtsen tenía anoche el camino más despejado que nunca para dominar la final a placer y sumar su segundo oro continental en 1.500, tras su victoria en el Europeo de Berlín en 2018, y el segundo título en Múnich tras triunfar en los 5.000 metros del pasado martes.

Jakob tiene dos hermanos mayores también corredores, Filip y Henrik, a quienes ha superado antes de cumplir los 20, y un padre entrenador. Desde los 80, cuando los británicos Sebastian Coe, también con padre entrenador, Steve Ovett y posteriormente Steve Cram dominaron la media distancia, ningún otro atleta europeo había vuelto a gobernar el 1500 con tanta autoridad. La única duda posible en la final de este jueves para el menor de los Ingebrigtsen era saber si el esfuerzo realizado en la final del martes para contener a Mohamed Katir en la última curva, en un último kilómetro del 5.000 en 2.23 minutos, le iba a pasar factura.

Misión imposible

Mario García Romo aparecía entre el ramillete de rivales capaces de intentarlo, al estilo de Katir, gastando lo mínimo para llegar fresco a la última recta y sorprender al hombre a batir. El murciano no lo consiguió, pero al menos lo intentó y se aseguró la plata, García Romo el bronce anoche.

Sorprender otra vez al nórdico, sonaba a misión imposible para el salmantino de 23 años, pero no hay dos derrotas sin tres, todos tenemos un mal día, también los nórdicos, debió pensar el salmantino de Villar de Gallimazo, cuarto en Oregón, mejorando su registro personal hasta situarse en 3.30.20 minutos, en la crema de esta distancia.

García Romo se destapó esta temporada con una valiosa victoria en el campeonato universitario estadounidense, que volvió a refrendar al ganar el campeonato español previo al Mundial.

El finalista en Oregón forma parte del numeroso grupo de más de un centenar de atletas españoles becados por las universidades estadounidenses, en este caso por la de Misisipi, en la que estudia biotecnología.