Nunca fue Koke sospechoso de nada, pero su “habría lío seguro” al ser preguntado por los efectos de un baile de Vinicius en la celebración de un hipotético gol del brasileño en el Metropolitano ha desatado un tsunami. Quizás el capitán rojiblanco haya pecado de ingenuo en una respuesta que ha servido de coartada a quienes les preocupa más lo que rodea al fútbol que por lo que pasa en el césped.

En estas situaciones de zafarrancho siempre es recomendable acudir a alguien cabal como Ancelotti, que ha advertido con su habitual sentido común: “Vamos a jugar en campo rival y es normal que la afición del Atlético, que respeto mucho, apoye a su equipo. Es solo un partido de fútbol”.

Ver bailar a un brasileño tras marcar un gol es algo casi cultural, tanto como ver a un uruguayo celebrar un tackle o a un andaluz festejar un caño. En realidad, lo que duele al rival no es el baile, es encajar un gol antes.

En lo deportivo, Simeone ha confirmado que Oblak estará, y eso es una noticia trascendente para un Atlético que no termina de sacudirse las dudas en la última temporada y media. Muchos señalan cierto hartazgo del vestuario con el Cholo, pero lo cierto es que pese a las lesiones defensivas y a fichajes cuestionables el entrenador no ha podido imprimir su sello en los últimos tiempos a un equipo al que, mantiene en la zona noble.

La estadística anticipa una primera parte de respeto por parte de ambos, con un Atlético pertrechado atrás ante las contras madridistas, y un Madrid que especula para sacar colmillo en la segunda.