El tirón de orejas a la plantilla que Ancelotti le dio a sus jugadores después del tropiezo ante Osasuna y las apreturas finales ante el Shakhtar dio resultado. El italiano advirtió que no quiere "vagos" en el equipo y que "el compromiso defensivo no se negocia". Eso provocó que en Getafe se plantase con un equipo vigoroso, un once plagado de jóvenes como Camavinga, Tchouameni, Rodrygo, Valverde o Vinicius, y con mucho músculo atrás con Militao, Rudiger y Alaba. 

Tsunami inicial

Y lo cierto es que el Real Madrid salió con una intensidad que arrolló al Getafe. A los cuatro minutos Militao entró como un avión al primer palo en el segundo córner que sacaba Modric, descerrajando de cabeza a un Soria que nada pudo hacer. A los ocho los blancos ya sumaban cuatro disparos a puerta. El balón volaba en los pies de los visitantes y sus delanteros no paraban de moverse cuando no lo tenían. Pero con el paso de los minutos esa efervescencia se fue diluyendo y los azulones se metieron en el partido. Angeleri avisó a los veinte minutos con un disparo cruzado. En el medio Quique generaba superioridad, pero no terminaban de conectar con Unal y Mayoral. 

El Real Madrid tocaba sin la agresividad del inicio y eso permitía al Getafe rehacerse. Pudo quedar sentenciado el choque en el minuto 40 tras un penalti claro a Vinicius, pero la pelota había salido antes de que el brasileño lanzase su estampida. Resoplaba con cara de preocupación Quique Sánchez Flores, que trataba de desconectar a Modric en el medio. Los blancos volcaron su juego por la orilla de Vini, con quien Rodrygo se asociaba con inteligencia. Menos noticias había de un Valverde más discreto que anteriores partidos. Cuando se llegó al descanso el duelo no había acabado de romper para un lado u otro. Ancelotti se iba musitando sobre el despliegue de su muchachada.

La segunda parte arrancó descosida. El Getafe se metió en el cuerpo a cuerpo y Lunin tuvo que trabajar en varias ocasiones. Con Modric vigilado, Camavinga y Tchouameni no sumaban en ataque y la única solución era entrar por fuera. Aleña y Milla le ganaban la partida a los franceses, pero Soria salvó al Geta con una mano a disparo de Tchouameni, que se descolgó solo llegando de atrás. La intrascendencia de la primera mitad tornaba en vértigo en un duelo que iba de área a área.

Rodrygo marcó en el minuto 56, pero el VAR delataba su posición de fuera de juego. El crecimiento del brasileño ha sido descomunal. Siempre elige bien, ocupa el espacio idóneo y ha desarrollado una madurez futbolística impropia de su edad. Era más inquietante el marcador que el partido para los blancos, pero pasada la hora de juego comenzaron los movimientos en el tablero. Quique sacaba dos alfiles (Munir y Portu) y Ancelotti no movía pieza. Restaban poco más de veinte minutos y el duelo, como en la primera parte, volvía a desinflarse.

Un gol a balón parado resolvía un partido de los ásperos a favor de los blancos. Sin Benzema y sin Courtois, los dueños de las áreas, Ancelotti sacó adelante esta visita al dentista a una semana de recibir al Barcelona en el Bernabéu el próximo domingo. El Getafe fue generoso en el esfuerzo, pero tibio en ataque con un solo disparo entre los tres palos. Quique sigue la reconstrucción de la identidad azulona, que muestra más de consistencia pero poco colmillo para una plantilla que cuenta con Mayoral, Unal, Munir o Portu. Se viene el clásico.

FICHA: GETAFE- REAL MADRID (0-1)

GETAFE: David Soria; Damián Suárez, Djené, Mitrović, Duarte, Angileri (Amaby 82'); Ángel Algobia (Seoane 82'), Luis Milla, Aleñà (Portu 65'); Borja Mayoral (Munir 65'), Unal (Latasa 85')

REAL MADRID: Lunin; Carvajal, Militao (Nacho 82'), Rüdiger, Alaba; Modrić, Tchouaméni, Camavinga (Asensio 82'), Valverde, Vinícius Júnior, Rodrygo (Mariano 87') 

GOL: 1-0, Militao (4')

ÁRBITRO: Mateu Lahoz. 

ESTADIO Coliseum Alfonso Pérez. 14.502 espectadores