Javier Zanetti es, además de vicepresidente deportivo del Inter de Milán, uno de los mejores amigos de Diego Pablo Simeone. Su fastuosa casa en el exclusivo lago Como ha acogido al Cholo en más de una ocasión, y allí mismo le ha propuesto no pocas veces convertirse en el técnico neroazurro. Dicen que en su despacho siempre hay preparado un contrato con el nombre de Simeone para cuando su amigo se decida a dar el paso. 

Un mal momento

El técnico atraviesa días difíciles rodeado de un ambiente apocalíptico tras la eliminación en Champions y la derrota en Cádiz. “Es uno de esos momentos que toca atravesar antes o después en cada temporada. Es el día a día de un entrenador y más con la exigencia del AtléticoAsí deber ser y así lo entiende el Cholo”, advierten desde su entorno. Desde el club también se quita hierro al asunto y se señala a una prensa que “necesita generar debate y más en el Atlético porque interesa tapar las miserias de otros”. Pero lo cierto es que la parroquia rojiblanca vive polarizada entre quienes recuerdan que cualquier tiempo previo a Simeone fue peor y los que denuncian el desgaste del Cholo en el banquillo. 

El próximo 23 de diciembre se cumplirán once años de su desembarco en el Atlético como entrenador. Once años y ocho títulos ganados (dos Ligas, dos Europa League, dos Supercopas de Europa, una Copa del Rey y una Supercopa de España). Lo que le convierte en el entrenador más laureado de la historia colchonera. Y lo que explica, de paso, por qué es el técnico mejor pagado del mundo. La revalorización deportiva y empresarial de un Atlético que venía de esconderse bajo las alcantarillas tiene mucho que ver con la aparición de Simeone en su banquillo. 

La realidad es que mientras en la calle y los medios se debate si se ha agotado la etapa del ‘cholismo’ en el Metropolitano, en el club y en el césped el panorama es muy diferente. Cholo tiene contrato hasta el 30 de junio de 2024 y ya se trabaja para extender esa vinculación hasta 2026. Al técnico le gusta que el club trabaje con previsión porque así se evitan suspicacias y se marca una hoja de ruta común para que afición y equipo naveguen en la misma dirección. Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo no tienen dudas sobre el entrenador y la encargada de cerrar esas gestiones es Natalia Simeone, hermana y agente de Diego Pablo, que maneja los tiempos de la negociación con un alto sentido estratégico para comunicar las renovaciones en momentos convenientes para el equipo. Y ahora no parece oportuno. 

Presume Simeone de ser como ese junco que se dobla, pero siempre sigue en pie. Tras la eliminación en Champions con el empate frente al Leverkusen repitió su karma: “Soy de cabeza dura y seguiré insistiendo mientras tenga la posibilidad de estar en este club de conseguir la Champions que nos falta”. Lo advertía sintiendo que el penalti de Carrasco fue otra cicatriz como el de Griezmann en Lisboa o el de Juanfran en Milan. Y añadió un mensaje para navegantes: “Un gran escritor español decía: ‘No me importa lo que piensen de mí'. Yo pienso exactamente lo mismo. Yo sé lo que doy, sé cómo me entrego”.

Pocos encarnan mejor que Simeone el irreductible espíritu de los atléticos. Cuando vienen mal dadas, cuentan sus colaboradores que el técnico siempre tararea con una sonrisa sus versos preferidos de la última ‘atleticada’ de Sabina y Leiva: “No me habléis de resistir… Es mi Atleti de Madrid… No me vengan con lamentos… Hablo de sobrevivir… Y seguir coronando montañas… Y seguir conquistando escaleras…”. Zanetti tendrá que seguir esperando porque nadie sacará de ahí al Cholo. Partido a partido. Y el primero es ante el Oporto con la Europa League como mal necesario para corregir el mal inicio en esta temporada tumultuosa.