Liga de Campeones

El Inter apunta a Estambul

Dzeko abrió el marcador a los ocho minutos y tan solo cuatro después, Mkhitaryan marcó otro gol

Dzeko, en una jugada del partido contra el Milan. |  // ROBERTO BREGANI

Dzeko, en una jugada del partido contra el Milan. | // ROBERTO BREGANI / Tomás Frutos

Tomás Frutos

Con una autoridad y una solvencia abrumadoras, el Inter atropelló al Milan (0-2) con una primera parte de dominio absoluto y una segunda mitad de gestión inteligente que le acercaron a su reencuentro con la gloria, representado en una final de Liga de Campeones a la que no accede desde que levantara la orejona en 2010 y que tiene a 90 minutos.

Con todos los focos apuntando a San Siro, hubo un equipo que se hizo grande y otro que no estuvo a la altura y al que las cosas no le fueron como esperaba. El Inter dominó el partido. Saltó a un estadio que conoce a la perfección pero que estaba vestido con los colores del máximo rival. No le importó. Se sintió en casa igualmente. Jugó como si hubiera disputado unas semifinales estas últimas cinco temporadas y convirtió lo que se presentaba como una eliminatoria igualada en un baño futbolístico, especialmente en la primera mitad.

Tan solo ocho minutos tardó Dzeko en abrir el marcador. Asentado como delantero titular en las grandes citas, el bosnio volvió a responder a su técnico, esta vez con un remate casi acrobático en un saque de esquina con el que silenció la mayor parte de San Siro.

El tempranero golpe mareó a un Milan que no había conseguido entrar en el partido y que sin Leao perdió su referente en la ofensiva. Y el Inter no desaprovechó la ocasión para hacer más daño. Fue el turno de Mkhitaryan para, desde segunda línea, aprovechando el pase de Dimarco que dejó pasar Lautaro, colarse con facilidad en el área ante la mirada de la inoperante zaga milanesa para definir desde dentro del área y poner tierra de por medio en 12 minutos.

Lautaro, en una de sus numerosas exhibiciones ante la zaga rossonera, provocó un penalti que el VAR acabó anulando, pero que hubiera sido el golpe definitivo para un eliminatoria que el Milan no quiso dar por perdida en la segunda mitad, saltando al campo más agresivo, con menos que perder.