fútbol

El juez del ‘caso Rubiales’ no acepta las preguntas sobre Montse Tomé

De la Fuente niega que estuviera presente en el gabinete de crisis por el beso de Rubiales

t. calleja / á. vázquez

«Impertinente, no estamos enjuiciando eso. Es una persona que no está sentada en el banquillo». De esta forma frenó el titular del Juzgado Central de lo Penal Único de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández-Prieto González, la pregunta que le hizo a Jennifer Hermoso la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, sobre si consideraba que su no convocatoria a la selección por parte de la seleccionadora, Montse Tomé, tras la destitución de Jorge Vilda era una «consecuencia negativa» por seguir adelante con su denuncia por el beso no consentido de Luis Rubiales.

Durante su interrogatorio, la teniente fiscal mostró su discrepancia con el juez, a quien llegó a decirle que, como él sabía mejor que ella, para acreditar un delito debía abordar lo que había sucedido antes y después. Su explicación no convenció al magistrado que le reiteró que no se juzgaba a la actual seleccionadora de fútbol, por lo que resultaba innecesario saber por qué no la había convocado en la primera cita tras el mundial. De nada sirvió que Durántez le señalara que era para acreditar las consecuencias que lo ocurrido le había acarreado a Hermoso.

De esta forma el magistrado impidió que el juicio, que se inició este lunes en la Audiencia Nacional contra el entonces presidente de la RFEF (RFEF), incluyera aspectos que según su opinión no forman parte de los escritos de acusación.

Por su parte, el seleccionador de fútbol, Luis de la Fuente, ha negado que participase en la reunión de crisis que tuvo lugar en el despacho de Luis Rubiales tres días después del beso que dio a Jenni Hermoso tras la final del Mundial en 2023, y se ha desmarcado de cualquier gestión realizada al respecto en la Federación.

De la Fuente ha rechazado que estuviese presente en la reunión en la que el lunes le ubicó la responsable de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, y que ella calificó como «encerrona», en la que dijo que Rubiales le fue indicando frases que podía añadir a sus respuestas en un informe interno de la Federación sobre el beso.

En su declaración como testigo en la Audiencia Nacional, que acoge el juicio a Rubiales y a tres ex altos cargos de la Federación, Luis de la Fuente se ha desvinculado de las gestiones realizadas a nivel interno a raíz de lo ocurrido, donde la Fiscalía ve una señal de las coacciones que atribuye a los acusados.

De la Fuente, recién renovado al frente del combinado masculino, ha rechazado que aquel 23 de agosto él estuvo unas cinco horas en una estancia contigua al despacho de Rubiales para hablar con él exclusivamente de una convocatoria prevista diez días después.

Ha dicho que el expresidente entraba y salía de su despacho y le atendía cuando tenía posibilidad, pero ha negado saber de qué trataban dentro, ni haber cruzado una palabra con Patricia Pérez; sólo sabe que ella asistió a dicha reunión, ha dicho, pero «nunca» escuchó a Rubiales leer sus preguntas y respuestas.

De la Fuente ha manifestado que no fue consciente de la «dimensión» de lo ocurrido hasta que llegó a España, y ha rechazado haber sido testigo de las idas y venidas que se produjeron en el avión de vuelta, porque estaba «muy cansado» y «estaba centrado en descansar».

La fiscal ha destacado entonces que en instrucción sí admitió haber escuchado en el avión algo acerca de la elaboración de un comunicado, y De La Fuente ha reconocido que en la zona donde estaba «seguramente» se hablaría algo de lo que estaban haciendo, pero ha negado «rotundamente» saber de qué. El interrogatorio ha dado lugar a varios momentos de tensión y el juez ha advertido a las partes de que si ven indicios de que el técnico ha mentido, actúen: «Queréllense si consideran que miente en juicio».

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