Marc Márquez ya es el favorito aunque no quiera reconocerlo

El mundo (español) de la Fórmula 1, no digo del bicampeón Fernando Alonso, digo el mundo (español) de la Fórmula 1, especialmente, el periodístico, lleva mucho tiempo, demasiado, hablando del plan Alonso para la 33. Se trata de lograr la 33ª victoria del Nano en el gran circo. La 32 se produjo hace ya once años: Barcelona, 23 de mayo de 2013. Vistos los ensayos invernales del nuevo Aston Martin, parece que la 33ª tardará en llegar. Esperemos a Adrian Newey, el Gigi Dall’Igna de la F-1.

El plan Márquez, sí, funciona. No consiste en volver a ganar, ya ganó tres grandes premios el año pasado, con una moto inferior. El plan Márquez es volver a ser campeón y olvidar los cuatro años de penurias, el viacrucis de lesiones y, sobre todo, la sensación de que ya no era un piloto ganador. El mayor de los Márquez se trazó un plan y, ayer, cumplió otra etapa. Ocurrió lo que todo el mundo pensaba. Márquez arrancó primero, cruzó la meta primero en la primera vuelta y acabó ganando, sin problemas.

Pole position número 95, salida perfecta, primera vuelta impecable liderando el grupo, vuelta rápida de carrera en el segundo giro y victoria, con más de un segundo de ventaja sobre su hermano Àlex, «la guinda de este estupendo sábado», dijo el ocho veces campeón. Al plan le quedan aún 41 carreras, pero funciona.