Fútbol | Primera División

El Barça se lleva un susto en Valladolid

Los azulgranas tiran de titulares en el segundo tiempo para remontar al colista

Lamine Yamal conduce el balón perseguido por Aznou. |  R. García / EFE

Lamine Yamal conduce el balón perseguido por Aznou. | R. García / EFE

Joan Domenech

Una hora de angustia, de inquietud y de maldiciones se pasó el viejo culé, el temeroso, reviviendo con el recuerdo de los patinazos del antiguo Barça, aquel que cometía torpezas como perder en el campo del colista. Pero el culé joven del siglo XXI, que ha crecido con más gloria que penas, nunca perdió la fe cuando Iván Sánchez marcó en el minuto 6. Seguramente se agitó igualmente viendo el choque, pero por el entusiasmo que transmite el grupo de Flick y su capacidad para superar marcadores adversos.

Hubo susto y remontada en Valladolid, el Barça colocó de nuevo los siete puntos de diferencia respecto al Madrid, que hoy recibe al Celta, y varios titulares se ahorraron minutos para estar más frescos el martes y luchar por la final de la Champions. Flick hizo nueve cambios. Solo aguantó a Pedri, que con la caída de Koundé pasa a ser el jugador con más minutos y el más cansado, y a Gerard Martín, el único lateral izquierdo sano. La ilusión debía ser el combustible que propulsara al Barça, pero la desarmonía del equipo impidió que el motor rodara con las necesarias revoluciones que suelen mover al líder. Un engendro insólito, inconexo, de un grupo que nunca se había reunido como equipo. Flick tuvo que echar la vista atrás, al banquillo, para devolver a los titulares al campo cuando en el descanso pervivía el inquietante 0-1. Eligió a Frenkie de Jong y a Raphinha. Había entrado Lamine Yamal y el Barça remontó en un cuarto de hora el marcador. Iba a ser muy difícil que el Valladolid disfrutara de un golpe de fortuna como el rebote que le adelantó en el marcador y que propició un salto descoordinado y desacompasado de Ter Stegen, que no jugaba desde septiembre.

Los 60 puntos de distancia (20 victorias, exactamente) no fueron una diferencia perceptible, o no más evidente que entre el Barça y algunos de sus rivales. El gol encajado multiplicó las dificultades, como siempre. El Valladolid hizo lo mismo que todos: defenderse, buscar faltas y perder tiempo. La delantera más goleadora de Europa estaba en Pucela, pero resguardada en el banquillo. La lesión de Dani Rodríguez, el séptimo debutante de Flick, precipitó al campo a Lamine Yamal, que creó desasosiego en las filas castellanas más por el nombre y sus inmediatos antecedentes que por la peligrosidad de sus acciones. Atrajo la atención de rivales y eso abrió espacios para los demás. La falta de ritmo impidió que Pau Víctor y Ansu Fati atinaran con sus remates en el primer tiempo; el hábito facilitó a Raphinha marcar con la derecha y a Fermín empalmar un centro raso con la zurda.

Tracking Pixel Contents