El clásico definitivo de la Liga

El Barcelona y el Real Madrid disputan en el Estadi Olímpic Lluís Companys un clásico de altos vueltos y de enorme importancia (16.15, M+ LaLiga TV). Este duelo huele mucho a Liga, con el título en juego entre unos culers que son líderes con apenas cuatro puntos de margen sobre los blancos, que llegan más frescos al choque después de que los blaugranas, en un golpe moral muy duro, cayesen esta semana en semifinales de la Liga de Campeones ante el Inter de Milán, prórroga incluida con el desgaste físico que ha podido suponer para la escuadra que entrena el alemán Hansi Flick.

Un Clásico siempre detiene el mundo por unos segundos. Esta vez, ya con nuevo Papa elegido, el partido de fútbol (de clubes) más seguido en el mundo volverá a ser el foco porque de él depende buena parte de la resolución del título de Liga. Si gana el Barça, el equipo de Hansi Flick tendrá siete puntos de margen sobre el Real Madrid, a falta de tres jornadas y nueve puntos por ganar. Por contra, si los blancos asaltan de nuevo el feudo blaugrana, se pondrían a un punto y acecharían a los catalanes.

Sobre el papel, antes de poner la pelota en juego, las cosas están claras. Los jugadores y staff de cada equipo, los aficionados culers, merengues y neutrales saben qué probabilidades hay de que unos u otros salgan beneficiados. Pero, en cuanto en el verde de Montjuïc esté el esférico en marcha, todo puede cambiar. Cierto es que el Barcelona viene de ganarle los tres Clásicos al Real Madrid en esta temporada, pero el desgaste físico del Inter puede pasar factura.

La sensación es, además, la de que, en parte, el Real Madrid llega mejor anímicamente pese a que los de Carlo Ancelotti cayeron en cuartos, y no en semifinales, en su Liga de Campeones, la que dominan con holgura en cuanto a palmarés. Pero el Barça, al caer este pasado martes, en una lucha titánica llena de goles y errores (4-3, en la prórroga, para un global de 7-6 para el Inter), tiene muy fresco ese mazazo europeo en la que, no obstante, ha sido su mejor campaña en las últimas Champions.

Sin aspirar ya al triplete, el Barça se centra en LaLiga EA Sports. Sabe que depende de sí mismo y que volver a ganar al eterno rival les sitúa como claros favoritos. Y, de momento, les han ganado en dos títulos directos: en la Supercopa de España (5-2) y en la más reciente Copa del Rey (3-2). También en el duelo liguero de la primera vuelta con el 0-4 en el Santiago Bernabéu con goles de Lamine Yamal y Raphinha, que serán titulares.

Porque el polaco, el pichichi de este equipo y de la competición, en plena pugna con el jugador blanco Kylian Mbappé por hacerse con ese trofeo individual (25 dianas de Lewandowski por 24 del francés), no está todavía para jugar de inicio, pese a que ya disputó los últimos minutos contra el Inter. Idéntica situación a la de Alejandro Balde, que forma parte de la lista, con el alta médica, igual que Marc Casadó. Más soldados para Flick en caso de ser necesario, pero siempre como refresco.

Con Wojciech Szczesny en la portería, pese a que el capitán Marc-André ter Stegen jugara ya en la pasada jornada en Valladolid (1-2), el equipo se parecerá bastante al que empezó contra el Inter, porque Jules Koundé sigue lesionado. De nuevo, una posible modificación podría ser la entrada de Fermín López o Gavi en lugar de Dani Olmo o ver si el de Terrassa hace de falso 9 si Ferran Torres regresa al banquillo a banda. Pero poco más.

También hay plaga de lesiones en la casa blanca. Sobre todo en defensa. Porque el sancionado Antonio Rüdiger optó por operarse aprovechando que debía estar seis partidos sin poder jugar, y se suma a las bajas de los lesionados David Alaba, Ferland Mendy, Dani Carvajal, Eduardo Camavinga y Éder Militao. Por contra, arriba están todos y el potencial ofensivo del Real Madrid, con el tridente que forman Mbappé, Vinícius Jr. y Rodrygo sigue dando miedo.