fútbol | Primera División

Flick sella su renovación hasta 2027

El técnico deseaba esperar a que acabara la temporada para firmar su continuidad | Laporta no esconde su devoción por el entrenador comparándola con la que sentía por Johan Cruyff

Laporta y Flick, junto a la maqueta del futuro Camp Nou. |  EP

Laporta y Flick, junto a la maqueta del futuro Camp Nou. | EP

j. domenech/m.lópez

Barcelona

Estaba pactada desde hace días. Semanas. Y a pesar de que el Barça deseaba firmar la renovación de Hansi Flick hasta 2027 lo antes posible, el técnico dijo a Joan Laporta que no había prisa por anunciarla. Sellada la Liga, que culmina una temporada casi perfecta con la conquista además de la Copa y la Supercopa, el alemán rubricó ayer el documento que le esperaba en el despacho presidencial.

No tenía prisa Flick en posar para el acto protocolario ni en comprometerse por más tiempo, consciente como es de lo inestable que es su cargo si no gana y de que ha enfilado la recta final de su carrera en los banquillos. Flick ha gestionado con tacto su renovación para no interferir en la marcha del equipo. Asegurada la continuidad de la pieza que ha provocado la brutal metamorfosis del Barça, Laporta recibirá más visitas en su despacho. Acudirán Raphinha e Iñigo, y luego Frenkie de Jong, quien hace meses estaba más fuera que dentro y se ha convertido en una pieza capital de la estructura azulgrana.

Y, por supuesto, pasará por el despacho Lamine Yamal, cuyo contrato hasta 2030 se acordó hace meses para cuando alcanzara la mayoría de edad (el 13 de julio). Las cifras se han revisado al alza en correspondencia a su importancia en el equipo. El más joven pasará a ser de los mejor pagados.

Laporta no esconde que anda enamorado del entrenador del Barça, como andan enamorados millones de culés. Una devoción unánime ha generado Flick. Única e insólita en un club habitualmente convulso y rodeado de un entorno —participado también por el madridismo periodístico— siempre proclive al reproche. Ni una salpicadura mancha al técnico alemán, que en su primera campaña ha logrado un triplete español histórico y se ha quedado a dos minutos de acceder a la final de la Champions.

Le ve Laporta a Hansi, el hombre «de ojos cristalinos y azules como el maestro Johan», todas las gracias. Le ha dado la gloria en la peor temporada que se abría, con un Barça exiliado y empobrecido, sin casa a la que volver y sin dinero con el que invertir frente al luminoso Madrid campeón de Liga y de Champions, azucarado con Kylian Mbappé. Parecía imbatible, pero el Barça le venció cinco veces.

Flick aceptó todos los condicionantes y todas las limitaciones. Sin rechistar en el despacho ni en la sala de prensa. Se enfocó en levantar una plantilla deprimida y adiestrar a unos niños valientes y el Barça se levantó con la fuerza de los globos de aire comprimido. En cuatro meses los culés abrieron los ojos como platos al ver las tundas que le caían tanto al Valladolid, como al Bayern y el Madrid. Culminado el éxito, el técnico alemán se emplazó a mejorar al equipo en el próximo curso, evidentes como son sus imperfecciones. Las defensivas, por notorias, atenuadas por las salvajes reacciones de un grupo que se ha revelado indómito e indomable por los rivales.

Flick se ha cobijado con los suyos en la ciudad deportiva, huérfano de la figura áulica que era Cruyff para el entrenador del Barça y para el presidente. Laporta veía en «los ojos cristalinos y azules» de Johan al ídolo de su niñez y al consejero carismático con el que a veces disentía. «Tiene la mirada de Johan», vio en Flick el presidente, con la pasión del primer amor.

Tracking Pixel Contents