MUNDIAL DE CLUBES

El martillo de Kane aplasta la resistencia del Flamengo y el Bayern buscará las semifinales frente al PSG

El delantero, con un doblete, lideró el plan de Kompany para apaciguar la resistencia del equipo de FIlipe Luís, víctima de la pegada del conjunto germano

Harry Kane, delantero del Bayern, celebra su tanto contra el Flamengo.

Harry Kane, delantero del Bayern, celebra su tanto contra el Flamengo. / AP

Miami (Enviado especial)

Un equipo como el Bayern tiene la malvada costumbre para sus rivales de bajar del cielo a la tierra cualquier pensamiento imaginativo. Al Flamengo de Filipe Luís le correspondía la vanguardia soñadora de Brasil que mantuvo durante gran parte de un encuentro donde empujó a remolque. Entendió la afrenta el equipo 'rubro-negro', que se encontró con un segundo de grupo irreal al que frenó en su intento de atropello. Pensó el conjunto de Kompany en liquidar el partido por la vía rápida, pero tuvo que recurrir al instinto de Kane para evitar sorpresas.

Nunca un hombre con tanta capacidad para ganar títulos tardó tanto en llevarlos a su vitrina. El delantero, con dos latigazos, frenó los continuos intentos brasileños por meterse en un partido que se puso 2-0 en menos de diez minutos tras un tanto del inglés y otro en propia de Pulgar. Gerson logró un gol reparador para Flamengo que Goretzka apaciguó para dejar un 3-1 antes del descanso. Jorginho se empeñó en apretar de penalti hasta que, de nuevo Kane, martilleó a Fla con el definitivo 4-2. El atrapasueños alemán medirá al PSG por un puesto en semifinales el sábado 5 de julio (12:00 horas) en una final de Champions anticipada en un Mundial de Clubes que poco a poco se convierte en una Champions.

Kane, un inglés con eficiencia alemana

Tardó cuatro minutos Kimmich en probar la compostura de un Rossi que terminaría descomponiéndose por culpa de Pulgar, su propio compañero. En un par de minutos había enterrado la resistencia del Flamengo con un defectuoso intento de despeje. Peinó hacia atrás y el balón superó a su portero y a la hinchada del 'Fla' presente en el Hard Rock Stadium. Era solo uno de los múltiples giros de guion que se esperaban en el gran 'derbi' de los hemisferios. Un 'mata-mata' entre dos propuestas que se diferencia, sobre todo, en la parte física.

El Flamengo tuvo la complicada idea de salir con el balón jugado, una conducta de riesgo contra los lobos alemanes. Sin contundencia defensiva era imposible derribar a un Bayern que puso el 2-0 antes del 10 de juego por medio de Kane. Lo hizo robando en terreno propio al club brasileño, que vio cómo Upacemano interceptaba el esférico para servirle a su delantero un espacio que él convirtió en un remate infalible.

Las esperanzas del Flamengo se diluían entre su valentía sancionada por el acierto germano. Hasta que Araújo se destapó con un remate a quemarropa en el segundo palo tras anticiparse a Tah, demasiado frágil. Neuer voló para dilatar la épica de un rival que se salió con la suya con un descomunal tanto de Gerson. El volante recogió un balón suelto para fisular al portero alemán, que, de haberse interpuesto en la trayectoria del disparo, habría caído fulminado.

La resistencia incompleta de Jorginho

La pegada del Bayern volvió a hacer presencia antes del descanso para aprovecharse de otro mal despeje de la zaga del Fla. Goretzka controló y armó un disparo centrado que Rossi fue incapaz de localizar entre sus defensores. A pesar de ir a remolque durante todo el partido, Filipe Luís ha creado un conjunto resiliente que no se viene abajo fácilmente. Fiel a su planteamiento, abriendo espacios y dominando el balón, encontró el Flamengo el golpe de suerte que necesitaba para meterse en el partido.

Olise cometió una mano imperdonable para servir un penalti a Jorginho, el gran fichaje del Flamengo para este Mundial de Clubes. Un jugador que tira los penaltis de memoria y que extendió en el ambiente un aroma de remontada. Tan real como imposible, pero suficiente para aumentar el interés de un partido que el Bayern parecía haber matado en la primera mitad y que revivió con el 3-2. Hasta que el Flamengo cometió otro error imperdonable en la salida de Luiz Araujo que aprovechó Kane para matar el partido con una letalidad que europeíza el Mundial de Clubes.

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