Nueva prueba de fuego para el Deportivo Liceo, que defiende el liderato en la nueva pista del Noia (20.30 horas). Territorio desconocido para el conjunto dirigido por Juan Copa. Peligroso como todos los partidos fuera de casa. Y con el extra de que se mide a un rival herido, lo que le hace más temible. Pero el botín es grande para los coruñeses, que recuperan al lesionado Roberto di Benedetto, ya dado de alta, y quieren seguir otra semana en lo alto de la clasificación y sumar una jornada más invictos. Son ocho triunfos en ocho partidos y van a por el noveno, pero con todas las alarmas encendidas por lo que se encontrarán en el Torrelavit.

Aunque el Liceo tiene que enfrentarse a este duro reto, cualquiera se cambiaría por él. Incluso el Barça. Porque los verdiblancos son líderes con dos puntos de ventaja, pero un partido menos, por lo que todavía tienen balas en la recámara. Si ganan serán cinco puntos la renta con los azulgrana. Ellos son los que tienen la presión. Los que ya no pueden fallar más y encima mañana se miden al Lleida. Esos cinco puntos se pueden convertir en una realidad si los de A Coruña no fallan ni contra el Girona la semana que viene ni frente al Palafrugell, partido de la jornada seis que recuperarán el 8 de diciembre.

El Noia, un histórico de la OK Liga y siempre entre los grandes de la categoría, no ha tenido buenos resultados. Los dos últimos, quizás inesperados, una derrota contra el Lloret y un empate frente al Palafrugell. Un buen partido contra el Liceo les permitiría recuperar parte de la confianza perdida. Y no está tan lejos el recuerdo de su última victoria ante los coruñeses, que hace dos años salieron escaldados del Ateneu Agrícola —el Noia no puede disponer de su feudo, destinado a labores de lucha contra el COVID—, donde perdieron por 7-1. El resultado de la temporada pasada ya les fue favorable por 2-5.

Los de Sant Sadurní son sextos con 13 puntos. Ganaron al Voltregá, al Taradell, al Igualada y al Mataró y empataron contra el Palafrugell, pero perdieron frente a Barcelona, Reus, Lleida y Lloret. En sus filas, jugadores de dilatada experiencia como Xavi Costa, su máximo goleador con 14 tantos, Jordi Ferrer y Aleix Esteller combinados con otros llamados a ser el futuro: Adriá Ballart, Roc Pujadas y Pol Manrubia. Quilates que pueden hacer mucho daño.