César Carballeira mira la bola, que para el meta del Palafrugell Marcel Luzón. | // CARLOS PARDELLAS

Carles Grau. César Carballeira. Maxi Oruste. Dava Torres. Marc Grau. Franco Platero. Roberto di Benedetto. Jordi Adroher. Martín Garaboa. La colaboración especial de Dani López, Nanu Castro y Pablo Parga. Y bajo la dirección de Juan Copa. Son ya unos nombres de leyenda. Los de un Liceo que ayer, tras ganar por 5-1 al Palafrugell, firmó su mejor arranque de todos los tiempos con once victorias seguidas. Si fuera poco entrar en la historia, la victoria sirve para confirmar los cinco puntos de ventaja sobre el Barcelona. A diez quedan ya el Reus y el Lleida. Eso sí que es el premio gordo. La OK Liga tiene color verde y sabor a la tarta con la que los coruñeses celebraron ayer su hito.

El Liceo salió en tromba. En apenas tres minutos ya había tenido cinco ocasiones claras de gol. Ese era el nivel de motivación. Además, participaban todos en el movimiento de la bola y la finalización. Entre Marc Grau y César Carballeira firmaron las primeras. Le tocaron las siguientes a Franco Platero. Jordi Adroher también lo intentó en jugada personal. El ritmo era brutal. Pese al festival, el primer gol llegó de una manera un tanto inverosímil, con el Palafrugell protestando y los colegiados concediendo el tanto fantasma de Carballeira. Acto seguido, el propio cinco vio tarjeta azul. En la directa, un Caco Ceschim que mostró muy buenas maneras batió a Carles Grau. Había que volver a empezar.

El peligro aumentó cuando Marc Figa tuvo en su stick un penalti para adelantar a los visitantes. Entre Grau y el palo frustraron esa posibilidad. La entrada de Roberto di Benedetto, solo parado a base de faltas, dio más profundidad a los verdiblancos y la de Maxi Oruste, un hombre fijo delante del portero. El argentino estuvo muy atento para cazar un rechace y con destreza mandarlo a las redes. El Liceo quería más, estaba hambriento de gol, pero Luzón se lució en la primera parte. A Franco Platero le tenía pillada la matrícula. Primero le paró un mano a mano y después un penalti en el que levantó muchísimo la pierna.

Al descanso la ventaja liceísta era más clara en cuanto al juego que en cuanto al marcador. Pero volvieron a salir en tromba en busca de decidir cuanto antes la undécima. Pero el Palafrugell respondía. Si Adroher se intenta lucir, una contra visitante era desbaratada por Grau. Si Oruste tenía dos delante del portero, Marc Figa dejaba temblando el hierro. Pero el ritmo del Liceo es difícil de seguir y los catalanes tenían que apoyarse en faltas. Llegaron a la décima y ese es el momento de Adroher. Desde la directa hizo el tercero y Oruste, casi seguido, el cuarto. En el medio, otro palo del Palafrugell. La diferencia entre uno y otro, la letalidad verdiblanca. Ya en la recta final el conjunto coruñés tuvo varias ocasiones a bola parada. Platero dalló un penalti y tampoco pudo con otra directa Adroher tras la azul a Canet. En superioridad los verdiblancos movieron a la perfección la bola para en una triangulación perfecta, Adroher asistir a Platero y que este hiciera el quinto. Llegó la undécima. Un número para que no deje de crecer.