Pablo del Río regresa hoy a Reus después de pasar unos días en casa en A Coruña. Menos de los habituales en las vacaciones de Navidad porque la Supercopa de España, que se disputará el 2 y el 3 de enero, obliga a volver a trabajar antes de tiempo. Precisamente en su ciudad natal se enteró de que el sorteo de la competición había emparejado en las semifinales a su equipo con el Liceo. “Siempre es un partido especial”, confiesa el jugador, “porque es donde aprendí a patinar, donde empecé a jugar y el club que me vio crecer”. Pero en la pista no habrá amigos. El también ex de Compañía de María apuesta por revalidar el título y cree que los detalles marcarán la diferencia en un duelo contra los verdes que califica como “muy competitivo”.

“Será un partido muy competitivo y lo decidirán los detalles. El que los cuide más llegará al final con ventaja y el que lo sepa manejar mejor será el que se lleve el resultado”, valora sobre lo que espera de las semifinales. Sobre el Liceo, dice que “está muy fuerte”. “Hizo el récord de la historia del club, y era muy complicado porque tuvo que hacer 12 victorias seguidas. Empató contra el Caldes, pero es que el Caldes es un rival muy fuerte también. La liga es muy larga y es imposible hacer perfectos todos los partidos”, analiza.

El año pasado, en un guión muy parecido al vencer al Liceo en semifinales y al Barça —que disputa la otra semifinal contra el Noia— en la final, el Reus se proclamó campeón y Del Río alzó su primer título como profesional. “Fue muy bonito. Acababa de entrar en el primer equipo, jugué y ganamos. Fue perfecto. No podía imaginar un inicio de temporada mejor”, recuerda. La Supercopa se la ofrecieron entonces a César Carballeira, que acaba de lesionar de gravedad, y que un año después vivirá el duelo como verdiblanco: “Es un gran jugador y sabemos que vendrá a por todas con su gen ganador, que no vamos a ser ni conocidos para él en la pista”. El coruñés reconoce que las fechas para la competición, no obstante, no son las mejores, pero también encuentra en ello un aliciente. “A todos nos gusta estar en casa en estas fechas. Pero al final son las fechas que hay y somos profesionales y tenemos que adaptarnos”, dice y añade: “Si este año la Navidad no puede ser como todos los años y tenemos que entrenar... pues a darlo todo y ya que nos fastidiamos la Navidad, ganar la Supercopa y que esta sea nuestro aliciente”.

Si no era suficiente una ración de Reus-Liceo, serán dos en el inicio de 2021 porque además de las semifinales de la Supercopa, la primera jornada del año, prevista para el domingo 10, volverá a enfrentar a ambos con el pabellón rojinegro como escenario. En la OK Liga el Liceo parte con ventaja porque es el líder mientras que el Reus es tercero, pero ya a ocho puntos. “Estamos haciendo mejor temporada que el año pasado. Hay que intentar seguir siendo regulares y los fallitos que hemos tenido mejorarlos para no tenerlos en la segunda vuelta”, comenta y resta importancia a lo que les separa del conjunto de Juan Copa: “La liga es muy larga, dependiendo de cómo vayan las semanas veremos dónde vamos estando”.

Coincide Pablo del Río con la opinión general de que la liga, con la vuelta de algunos jugadores importantes como Jordi Adroher o su compañero Raúl Marín, ha subido de nivel. “Está siendo muy bonita y muy diferente a la del año pasado”, confirma. A nivel individual, para él esta también tiene que ser una temporada de crecimiento en el equipo para dejar de ser “el pequeño” a ser “algo más”. Aunque en su condición de delantero no lo tiene nada fácil en la plantilla con probablemente más pólvora de la OK Liga con el pichichi Raúl Marín, Álex Rodríguez y Marc Julià. “Intento aprovechar cada minuto al máximo y día a día seguir creciendo con trabajo y esfuerzo para llegar a ser lo que son ellos, de los que aprendo mucho”, indica.

El Reus fue el equipo que apostó por él y el que le dio la oportunidad de debutar al máximo nivel. “Estoy muy contento y muy agradecido. Si estás bien en un sitio no hay por qué cambiar”, apunta. El club le ofreció un contrato largo, de tres años con opción a dos más. “Quiero seguir lo que me queda y a partir de ahí, nunca se sabe”, reconoce y no oculta que la opción del Liceo siempre estará ahí: “A cualquier jugador de A Coruña le gustaría jugar en el Liceo. Es el equipo grande de la ciudad y es el sueño de todos, a donde nos gustaría llegar”. Pero insiste que no será a corto plazo. “Sería bonito para el futuro pero me quedan bastantes años aquí”.

Tiene 20 años, una frescura desbordante y toda una carrera por delante. Por eso abandera la nueva generación, la de los nacidos a partir del año 2000, que empieza a revolucionar la liga. Joven, pero responsable al máximo. Del Río se vino en coche desde Reus hasta A Coruña “para evitar riesgos” y en su día a día intenta cuidarse lo máximo posible ya no solo porque sea una orden que les haya dado el club. “No hace falta que te lo digan, que también te lo dicen, pero hacerlo pasa por tu propia responsabilidad individual. Lo que haces ya no solo depende de ti, porque te contagias y puedes contagiar a otros y juegas con la vida de la gente. Es responsabilidad propia, sabes lo que puedes hacer y lo que no y hay que intentar evitar cualquier riesgo de contagio”.