La exposición de los 50 años del Palacio de los Deportes de Riazor recupera a través de 52 fotografías y otros artículos de colección algunos de los momentos, la mayoría deportivos que han marcado el medio siglo del pabellón coruñés. Íntimamente ligado al hockey sobre patines y en especial al Liceo, el recinto albergó competiciones de todo tipo como atletismo, tenis, boxeo, baloncesto, fútbol sala, fútbol playa y fútbol indoor, gimnasia rítmica, patinaje artístico e incluso roller derbi. “Lo más difícil es elegir”, aludió el comisario de la exposición, el periodista Rubén Ventureira, sobre lo complicado que resultó escoger solo unos pocos recuerdos, aunque adelantó que estos serán ampliados en un libro catálogo que se publicará próximamente. Las fotografías, la mayoría procedentes de los archivos de Alberto Martí y Xosé Castro, estarán expuestas durante los próximos días en el exterior del recinto junto a algunas de las copas ganadas por equipos como el Chaston y el Liceo, así como entradas, reseñas, pósters y otras curiosidades.

Hornillos junto a la foto en la que bate el récord nacional. | // V. ECHAVE

La inauguración estuvo presidida ayer por la alcaldesa Inés Rey y la edil de Deportes Mónica Martínez y contó con la asistencia de todos los titulares de esta concejalía: Emilio Quesada, Eduardo Blanco, Esteban Lareo, Xan Caxigal, Fran Mourelo, José Manuel Sande y Juan Ignacio Borrego. Además, reunió a varios de los protagonistas de las instantáneas y de las gestas. Testigos y artífices de unos hechos la regidora espera que se repitan después de que el pabellón mostrara hace unos meses su lado más solidario para acoger a las personas sin techo que no podían pasar el confinamiento en la calle. “No queremos repetir estas estampas, pero sí los grandes partidos y competiciones”, señaló. Para abrir boca, un pequeño recuerdo.

Manolo Planas, bajo su foto en el Mundial de kickboxing. | // VÍCTOR ECHAVE

►1970. Inauguración. Un partido entre la selección española de hockey sobre patines y un equipo con estrellas del resto del mundo sirvió como inauguración oficial del Palacio de los Deportes de Riazor. El recinto nacía principalmente enfocado para esta modalidad, pero también para el baloncesto. En aquellos años la ciudad tenía dos equipos femeninos en la máxima categoría y que además fueron protagonistas de grandes conquistas, como el oro en el Campeonato de España en 1961 y el título de Liga de 1966 del Medina. De hecho, en 1962 este se convirtió en el primer equipo coruñés en jugar competición europea. Aquellas pioneras del Medina y también las del Tabacos estuvieron ayer representadas por Rosa Espejo, Ana María Sánchez y Luisa Vázquez, por parte de las primeras, y Clara Martos y Adela Santos por las tabacaleras, que recrearon la foto de la exposición.

Julio y Castillo, del Chaston, junto a su foto. | // VÍCTOR ECHAVE

1972. Campeonato del Mundo de hockey sobre patines. La historia del Palacio de los Deportes de Riazor está íntimamente ligada al hockey sobre patines. Desde su inauguración hasta el Campeonato de Europa que se celebró en 2018, quizá su última gran competición ya que la Copa del Rey y de la Reina que estaba prevista para el 2020, como casi todo lo programado para el año, tuvo que ser suspendida. El primero fue en 1972. Solo era la cuarta vez que la cita mundial visitaba España y A Coruña era la elegida gracias a la instalación que acababa de inaugurar. Durante once días participaron doce selecciones y España levantó el título de las manos del capitán Sabaté mientras en la grada el público cantaba la Rianxeira. Dos años después el Palacio volvió a acoger una cita del más alto nivel sobre ruedas, el Campeonato del Mundo de patinaje artístico de 1974. Y repitió en 1988 con el Campeonato del Mundo de hockey sobre patines, con triunfo en esta ocasión de Italia. En 2018, además del Europeo ganado por España, con los coruñeses Ignacio Alabart y Eduard Lamas en sus filas, se disputó el Mundial de roller derbi.

Donato y Fran recuerdan su éxito en el fútbol indoor. | // VÍCTOR ECHAVE

1972. Copa del Rey de baloncesto. El Palacio fue escenario de grandes partidos de baloncesto. La historia arrancó en 1972, cuando el pabellón fue sede de la final de la Copa del Rey que ganó el Madrid al Joventut. El equipo blanco encontró en A Coruña un talismán porque en 1988, la segunda vez que el Palacio acogía la competición, también la ganó, esta vez al Barcelona y con el coruñés Fernando Romay recogiendo el trofeo de campeón —la tercera vez que fue en A Coruña el Madrid se proclamó campeón, pero la competición fue en el Coliseum—. A nivel de selecciones, en la pista del Palacio se midieron Yugoslavia y la URSS antes de que se vieran las caras tanto en los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, con el oro para los primeros, como en el Mundial de dos años después, que se llevaron los segundos. Petrovic, Sabonis, Tkachenko, Fernando Martín, son nombres de una época, también tienen en A Coruña.

José Luis Huelves, del Liceo. | // V. E.

1982. La cuenta pendiente del atletismo. La exposición recuerda aquellas grandes tardes en las que A Coruña era una referencia internacional del atletismo. Isidoro Hornillos, por ejemplo, batió el récord de España de 300 metros en sus calles. El actual presidente de la Federación Gallega de atletismo se reencontró ayer con su recuerdo mientras se reclama la recuperación de las grandes competiciones en el Palacio de los Deportes de Riazor con un memorial que lleve el nombre del mejor atleta coruñés de la historia, Andrés Díaz.

Monaghan, Zyle, Uzal y Peña, del Leyma. | // VÍCTOR ECHAVE

1984. El inicio del reinado del Chaston. Hubo un tiempo en que otro de los deportes rey de la ciudad, en cuanto a títulos, era el fútbol sala. El Chaston escribió grandes páginas en el Palacio de los Deportes de Riazor pero quizás el año que cambió la historia fue 1984 cuando, ante un público entregado levantó su primer título de campeón de España al vencer por 3-0 al Unión Sport de Madrid, al que ya habían ganado en la ida por 2-3. Después, los coruñeses sumaron otra Liga (1985) y dos Copas del Rey (1986 y 1988), presentes también en la exposición. Ayer, el entonces portero Julio Fernández y el defensa Manuel Castillo —ahora técnico del Distrito Ventorrillo— bromeaban frente a su foto, en la que el meta detiene un penalti decisivo en la final del 84.

Los asistentes a la inauguración de la exposición. | // VÍCTOR ECHAVE

1987. Los títulos del Liceo. No hay Deportivo sin Arsenio ni Arsenio sin Deportivo, dice el refrán que se podría trasladar perfectamente al Palacio de los Deportes de Riazor y al Liceo. Ambos nacen prácticamente a la par, el club solo dos años después de la inauguración del gran recinto deportivo de la ciudad, que siempre ha sido su casa. Y su talismán. “El color elegido fue el gris, el favorito del arquitecto Rey Pedreira”, explicó ayer Inés Rey, pero el corazón del Palacio, añadió, “es verdiblanco”. Escenario de grandes gestas, de emociones, de derbis de antaño contra Dominicos, del delirio de más de seis mil aficionados en las gradas, de pie, fumando, animando, creando una atmósfera entre tinieblas imposible de repetir. El Liceo, el club más laureado de Galicia, tuvo en su feudo uno de sus grandes apoyos para transformarse en leyenda. En 1987, cuando frente a su público José Luis Huelves levantó la primera Copa de Europa de la historia verdiblanca, el Liceo ya había ganado dos Ligas, dos Copas del Rey y una Copa CERS. Pero estrenarse a nivel continental en el Palacio de los Deportes de Riazor fue una auténtica consagración. Lo repetirían en 2003. Y otras 15 veces más, hasta los 22 títulos que el club ya ha entregado a su afición.

1999. El rey Manolo Planas. Hay otro deporte que convirtió el Palacio de los Deportes de Riazor en su escenario favorito, el boxeo. Por allí pasaron grandes nombres de como Castañón y Evangelista. Pero el rey fue Manolo Planas, que ayer también posó ante su foto. El ahora presidente de la Federación Gallega de esta modalidad aprovechó su condición de local para arrebatarle el cinturón de campeón del mundo de kickboxing al holandés Mamadeus, un título que defendió en otras cuatro ocasiones entre el Palacio y el Frontón de Riazor.

2010. El auge de otros tipos de fútbol. El fútbol playa y el fútbol indoor también tuvieron su espacio en el Palacio de los Deportes de Riazor. Las dos son modalidades en las que los coruñeses triunfaron. Sobe la arena, Ramiro Amarelle lideró a España para convertirse en una referencia mundial que también se hizo fuerte en A Coruña incluso ante la Francia de Eric Cantoná, que visitó la ciudad. La modalidad indoor sirvió para rememorar los mejores momentos del Deportivo, que fue campeón de esta liga con jugadores como Djlaminha, Donato y Fran, estos dos últimos ligados ahora al club y presentes ayer en la inauguración.

►2016. El baloncesto renace. El Palacio de los Deportes de Riazor sigue siendo en la actualidad la casa del Liceo, pero la comparte con el Leyma Coruña de baloncesto. El equipo naranja hace renacer las grandes gestas del baloncesto en su pista. A la espera de lo que pueda pasar esta prometedora temporada en la que el club incluso aspira a la ACB, uno de los mejores momentos fue el play off de 2016, con una serie para la historia contra el Breogán ganada en el quinto partido que clasificó a los coruñeses por primera vez para la semifinal. Ayer Zach Monaghan, Gdeminas Zyle, Charly Uzal y Dago Peña pudieron recordar el gran momento.

Miscelánea. La exposición rescata otros usos, más allá de los deportivos, del recinto a lo largo de su historia. La mayoría culturales, como conciertos, desde Pucho Boedo a Tom Jones, de Isabel Pantoja a Tina Turner o los populares Parchís, Mecano o Hombres G. También acogió las primeras ediciones del Noroeste Pop Rock, fue escenario de actos políticos, cenas, misas e incluso un bautismo multitudinario de Testigos de Jehová.

Una joya pendiente de retoques

El Palacio de los Deportes de Riazor tiene medio siglo de vida y ha sido remozado en varias ocasiones, como el cambio de la grada de cemento a los asientos o su aspecto exterior. Pero todavía quedan algunas actuaciones pendientes para adaptar el pabellón al siglo XXI y que los dos equipos profesionales que en la actualidad lo utilizan a diario y lo han convertido en su casa, el Liceo de hockey sobre patines y el Leyma de baloncesto, tengan más comodidades para desarrollar su trabajo, pero también para que sea mejor aprovechado por el resto de los ciudadanos. El recinto es enorme y hay sitio para todo. Pero precisamente sus dimensiones complican uno de sus grandes puntos débiles: el frío. Aunque el equipo de baloncesto le llame O Forno de Riazor, en el Palacio puede hacer de todo menos calor. Los dos equipos precisamente echan de menos algunos servicios esenciales, como unos vestuarios más grandes o poder contar con salas de fisioterapia y recuperación, también de vídeo más actualizadas e incluso un despacho para que los entrenadores pudieran guardar allí sus cosas y trabajar con calma, pantallas y un vídeo marcador. Desde hace ya casi dos años, además, el recinto no dispone de ambigú, pendiente de sacar a concesión, aunque por desgracia ahora mismo no sea una de las principales urgencias ya que de momento sus partidos solo pueden acoger a 500 espectadores, que no pueden comer ni beber. Detalles que modernizarían una instalación que cumple su función social principal: ser el centro neurálgico deportivo de la ciudad y acoger a las escuelas municipales.