Otra vez. Como una pesadilla. El Liceo pierde en Taradell en un partido clave. La primera derrota de la temporada tenía que llegar en algún momento. Pero lo hace justo en el peor. En un escenario inesperado —por mucho que ya cayera allí el año pasado— y cuando nadie quería un tropiezo. En la previa de recibir al Barça. Con todo lo que eso significa. Porque ahora serán los azulgrana los que llegarán líderes al Palacio de los Deportes de Riazor. Y los verdiblancos, empatados a puntos con su rival pero al que ya se impusieron en la primera vuelta, los que estarán obligados a ganar pero con las dudas que puedan arrastrar del partido de ayer. Con cuatro goles encajados en 17 minutos. Después de desaprovechar un 0-2, dos directas, un penalti y cuatro minutos en superioridad numérica. Poca capacidad de reacción. Desde luego, difícil de explicar y con poco tiempo además para darle vueltas. El viernes hay una nueva batalla. No una cualquiera. Y si el conjunto de Juan Copa gana, el panorama cambiará completamente.

Franco Platero adelantó al Liceo en una primera parte completamente verdiblanca. El Taradell, de hecho, apenas conseguía salir de su lado de la pista. Aunque tampoco generaron muchas ocasiones los de Juan Copa, la mayoría inofensivas, otras frustradas por Albert Dalmau, que como el año pasado se empeñó en pararlo todo. El 1-0 al descanso no dejaba tranquilo al equipo coruñés, que sí parecía encarrilar el triunfo cuando César Carballeira anotó el 2-0 al inicio del segundo acto. Pero entonces cambió el guión. Y los fallos del Liceo dieron alas a los de casa.

David Torres no pudo transformar el penalti que podía haber sido el tercero. Y Víctor Crespo sí acertó con el suyo para poner la primera piedra de la remontada. El Liceo empezaba a estar incómodo. Una doble azul a Albert Benito le allanó el camino. Adroher, que ayer no fue capaz de sacar el conejo de la chistera, falló la directa. Con Roberto di Benedetto en el banquillo —lleva tres azules y si veía la cuarta se perdería el partido del Barça— los verdiblancos no movieron bien la bola en cuatro minutos de superioridad. Y a partir de ahí, la debacle. El empate de Dani Rodríguez, el tercero de Jacint Molera y el cuarto de Marc Soler. Prácticamente seguidos. Ante el asombro de los visitantes, que revivían su particular pesadilla en el Pujoló. Un expediente X. El expediente Taradell, la criptonita del todopoderoso Liceo.