Comienza la persecución. La derrota frente al Barcelona supone para el Liceo que, después de haber tenido una ventaja de 5 puntos sobre los azulgrana, ahora son ellos los que van por detrás, a 3, obligados a iniciar la caza y a esperar que sea el rival el que tropiece, sobre todo mirando un calendario que le llevará a pistas tan complicadas como las de Noia y Reus. Por más que la sensación que dejó el Barça sobre el Palacio de los Deportes de Riazor fue la de un equipo indestructible que tiene que pasar algo muy grave para que vuelva a perder un partido, los números, las estadísticas, están ahí y a ellas se aferra el Liceo para mantener sus esperanzas de seguir apretando a los culés y que estos tengan algún fallo.

Hace 24 años que el conjunto de la Ciudad Condal inició su indiscutible reinado en el hockey sobre patines nacional. De los 23 títulos en juego de la OK Liga, ganó 21. Solo el Liceo (2012-13) y el Reus (2010-11), en una ocasión cada uno, consiguieron inmiscuirse en su hegemonía. Eso ya lo dice todo. Y fue los dos años con temporada regular en los que el Barça falló más. Cuando el Liceo fue campeón los azulgrana perdieron 15 puntos, solo 3 en la segunda vuelta —de hecho los verdiblancos llegaron a liderar la clasificación por 8 puntos y finalmente ganaron solo por 1— y 21 en el caso de la liga que se embolsó el Reus.

En este curso el Barça lleva una derrota y un empate en su cuenta negativa, es decir, a cinco puntos del pleno. Solo una vez antes se dejó solo 5 puntos en todo el campeonato. El año pasado iba por 3, aunque faltó una jornada para poder oficializar el dato. Si es cierto es que la tendencia de las últimas temporadas es la de que cada vez falla menos y se deja pocos puntos por el camino. En el curso 2019-20 solo perdió un partido, el inaugural de la competición, y sumó 24 victorias seguidas, es decir, hizo una segunda vuelta impoluta. Y en la 2018-19 sumó 84 puntos de los 90 posibles, pero ninguno de esos seis puntos, merced a tres empates, correspondieron a la segunda vuelta, en la que no perdió ni un solo partido.

También en la 2014-15 solo dejó escapar 5 puntos, aunque 3 de ellos en la segunda vuelta. Y hay que remontarse hasta la temporada 1997-98 para ver otra temporada casi perfecta, con tres puntos cedidos, aunque todavía no estaba implantado el sistema de tres por victoria. En el resto, el número de puntos perdidos siempre fue superior a 5. Fueron 6 en el caso de la 2000-01 —con formato play off—; 7 en la 1998-99 y en la 2004-05; 8 en la 2013-14 y en la 1999-00; 9 en la 2006-07 y en la 2001-02; 11 en la 2017-18 y en la 2011-12; 12 en la 2015-16 y en la 2007-08; 14 en la 2009-10; 15 en la 2016-17, en la 2012-13 y en la 2004-04; 1 en la 2005-06; 19 en la 2008-09 y 21 en la 2010-11. La hazaña del Liceo es, por tanto, posible. Lo repitió ayer Juan Copa una y otra vez después del partido. No hay nada perdido. Está más difícil, sí, pero los verdiblancos no van a tirar la toalla

Doce partidos por delante para ambos

A Liceo y Barcelona les quedan doce jornadas de OK Liga por delante y todo puede pasar. Porque a dos les quedan pistas complicadas por visitar y también equipos que les pueden complicar los partidos en casa. Ya lo demostró el Taradell la semana pasada. Es imposible confiarse contra nadie, ni siquiera contra el colista, el Mataró, a quien los verdiblancos visitarán el jueves y contra el que tendrán que pasar página al que es su peor momento de la temporada tras dos derrotas seguidas. Al Liceo le quedan fuera las visitas a Mataró, Palafrugell, Vic, Vendrell (estas dos seguidas), Girona, Caldes y Lleida, donde termina la OK Liga —allí también jugó el último partido en la temporada 2012-13, la última vez que se proclamó campeón de la competición doméstica—. Y en casa recibirá a Voltregá, Lloret, Noia, Calafell y Reus. El Barça, por su parte, tendrá que enfrentarse la próxima semana al Vendrell. En el Palau también recibirá en las jornadas que quedan a Girona, Caldes, Lleida, Taradell, Vic y Voltregá. Mientras que en esta segunda vuelta le toca ir a las pistas de Noia, Calafell, Reus, Igualada y Mataró. Calendarios similares, aunque contrapuestos en el sentido de que cuando el Barça afronta el Tourmalet —Caldes, Reus y Lleida— al Liceo le tocan los partidos a priori más sencillos, el momento en el que puede reducirse la diferencia. Especulaciones que solo pasan por que los verdiblancos se recuperen y vuelvan a la senda del triunfo.