El Liceo y el Barcelona no fallan en su particular mano a mano. Pero ayer fueron los verdiblancos los que pasaron menos apuros para pasar por encima de un Lloret que resistió hasta que los coruñeses abrieron la lata y se lanzaron a por la goleada (9-1). Los azulgrana por su parte vencieron el Calafell por 3-6 en un duelo que no tuvieron resuelto (con un 2-3 y un 3-4) hasta los últimos diez minutos. La situación sigue igual y parece que se prolongará hasta que las matemáticas digan lo contrario porque ambos parecen muy superiores al resto de los equipos de la OK Liga.

El Liceo dio ayer una nueva demostración de sus virtudes, añadiendo a eso un incremento en su efectividad. Los catalanes llegaban al Palacio de los Deportes de Riazor en un buen momento, pero con bajas, y finalmente se notó cuando empezaron las rotaciones. De hecho, en el equipo local jugaron los diez miembros de la plantilla, incluido el guardameta suplente Martín Rodríguez. Superioridad física, numérica y de calidad que se tradujo en el 9-1 final.

El encuentro se rompió en el minuto 15, momento en el que después de unos compases iniciales de tanteo, pero con más ocasiones locales, César Carballeira demostró su habilidad en el área, no solo para defender sino también para atacar, para abrir el marcador. El propio coruñés amplió la renta solo unos segundos más tarde, esta vez con más suerte ya que su tiro pegó en un defensor. Para completar su exhibición, el canterano fusiló la portería desde el punto de penalti 3-0 en un visto y no visto, con tiempo todavía en la primera parte para que el pichichi Jordi Adroher sumara otros dos a su cuenta, otro penalti y un buen remate en el segundo palo, para un 5-0 al descanso que dejaba todo sentenciado. Ya con Martín en la portería en el segundo tiempo, Marc González marcó una directa pese a que el coruñés le había tapado todos los ángulos. Como respuesta, David Torres marcó dos goles seguidos y Franco Platero, otros dos. Llegaban a pares. Y también otras dos las directas que paró Rodríguez para acabar con las esperanzas del Lloret.