Derrota del Leyma Coruña en Oviedo para cerrar la primera fase de la competición y que significa que los naranjas abrirán la segunda, el grupo del ascenso, con un balance de cinco triunfos y tres derrotas. El equipo coruñés no pudo contar ni con su cerebro en el banquillo, el entrenador Sergio García, que tuvo que ausentarse por un asunto familiar; ni con su cerebro en la pista, Augustas Peciukevicius, lesionado la semana pasada y que se perderá lo que queda de temporada. Aun así, el Leyma llegó a tener una renta de 15 puntos, pero los locales despertaron después del descanso, con una actuación estelar de Speight y un porcentaje elevadísimos en los tiros de tres, que poco a poco fueron hundiendo a los visitantes, tocados tras una semana dura. Como nota positiva, el debut con protagonismo ofensivo de Lottana Nwogbo. Y que ahora tienen dos semanas dos semanas por delante para acoplar todas las piezas y que cada jugador adquiera su nuevo rol.

Y es que el partido planteaba ya de inicio la incógnita de cómo se iba a adaptar al Leyma a no tener a su referencia en la dirección de juego. Zach Monaghan tomó el mando en los primeros minutos y el Oviedo intentó aprovecharse de sus posibles dudas con una presión incluso doble al base estadounidense. Durante la semana la mayoría de los jugadores del conjunto coruñés hablaban de que cada uno de ellos tenía que dar un paso al frente. Especialmente los que, por cualquier motivo, no habían encontrado todavía su mejor versión. Y uno de ellos era Osvaldas Matulionis. El lituano arrancó con dos triples y ocho de los nueve primeros puntos naranjas. Otros dos triples, de Zach Monaghan y Javi Vega, mandaron a los coruñeses con 14-17 al descanso del primer cuarto.

El Leyma se vino arriba. En el segundo cuarto entraban los triples, hasta cuatro (Dago Peña (2), Zyle, Badmus), Gaizka Maiza estaba cómodo con sus decisiones y su tiro, Jakstas aportaba bajo canasta y a media distancia y, sobre todo, empezó a verse lo que puede aportar en ataque Nwogbo, con muchos minutos por el problema de la sobrecarga de faltas de Gary McGhee. El 23-38 fue la máxima distancia, que se redujo por momentos pero que se mantuvo por encima de la barrera de los 10 puntos al finalizar la primera parte (33-47).

Sergio García advertía en la previa que una de las claves era aguantar las rachas anotadoras de los grandes jugadores del Oviedo. Y Spieth y Brown despertaron. El KO de Monaghan en un bloqueo en el chocó con Arteaga fue una alegoría del Leyma en ese cuarto. No encontró la manera de frenar al rival, que firmó 35 puntos. Y la ventaja fue menguando sin que apenas pudieran reaccionar. Los locales anotaban de tres en tres, incluso de cuatro. A cuatro para el final del tercer cuarto el marcador ya estaba igualado (58-58) y aunque con los triples de Dago Peña y Zach Monaghan el Leyma se resistía, los asturianos llegaron a los últimos diez minutos mejor posicionados (68-66). Los naranjas no encontraban las mejores sensaciones y pese a ello, hasta el 77-77 mantuvieron la igualdad. Pero un parcial de 6-0 en ese punto condicionó lo que quedaba de partido. Con el 83-77 el Oviedo se dedicó a administrar la renta en un carrusel de tiros libres finales que no cambió ya el signo del partido con derrota coruñesa por 88-83.