La Federación Española de Piragüismo puso punto y final ayer al polémico proceso de selección para los Juegos Olímpicos al definir el K4 500 metros que acudirá este verano a Tokio y en el que incluyó, como estaba previsto, al coruñés Carlos Arévalo. El palista del Ría de Betanzos demostró en el embalse de Trasona (Asturias) un magnífico estado de forma al ganar todas las pruebas individuales y en varias distancias, tanto de 200 como de 400 metros. Ya había sellado su billete para el K1 y ahora certifica el del K4 junto a los compañeros con los que fue subcampeón del mundo en 2019: Saúl Craviotto, doble campeón olímpico —también tiene una plata y un bronce—, Marcus Cooper, oro en Río 2016, y el también gallego Rodrigo Germade, diploma en la misma cita.

Estos cuatro habían sido, con cuatro segundos de ventaja, los más rápidos en las pruebas de selección, que consistieron en tiradas contrarreloj de las tres combinaciones formadas por el técnico Miguel García. Esto provocó la acusación, por parte de los otros dos candidatos, Carlos Garrote y Cristian Toro, de fraude al insinuar que Craviotto y Arévalo no se habían esforzado lo suficiente cuando eran ellos los que iban a bordo. A partir de entonces estalló la guerra, con cruce de declaraciones, la filtración de grabaciones y denuncias de abogados, e incluso la baja médica por estrés en las últimas pruebas de los dos denunciantes, que tampoco se presentaron a los test individuales del último día.

“En el proceso selectivo, la combinación formada por Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade obtuvo un resultado claramente superior a las otras dos combinaciones, manteniendo unos valores de número de paladas y frecuencia de palada muy similares, lo que indica una mejor eficiencia en sus paladas derivada, muy posiblemente, de una mejor compenetración y sincronización, elementos decisivos en el rendimiento de una embarcación de equipo”, zanjó ayer la Federación, que también informó de que tanto Garrote como Toro continuarán su preparación, si aceptan, “teniendo en cuenta la situación actual de pandemia así como cualquier otra eventualidad que necesitara un refuerzo inmediato del proyecto olímpico del K4.

Carlos Arévalo, de 26 años, disputará en Tokio sus primeros Juegos Olímpicos y será un claro candidato a medalla. En el K1 200 metros, de hecho, tuvo que imponerse al vigente campeón olímpico en K2 200, Saúl Craviotto, para lograr su plaza. El K4 500 metros, además, es uno de los proyectos en los que más ha trabajado la Federación porque la embarcación española es una clara opción para subir al podio, como ya hizo en 2019 en el Campeonato del Mundo, ya con el betanceiro a bordo, que sustituyó en el último momento a Cristian Toro. Ahora, habrá que tener en cuenta cómo ha podido influir a los palistas todo el ruido de las últimas semanas. La Copa del Mundo de Szeged (Hungría) del mes de mayo será el test definitivo y allí ya tendrán que mostrarse competitivos.