Un paso adelante y otro atrás. El Leyma no consigue encontrar la continuidad y si había convencido en el estreno de la segunda fase con su victoria contra el Palma de la semana pasada y ayer tiró por la borda esa imagen en un partido gris en Alicante, donde sin Zach Monaghan —que se unía a la baja de Pecius en el puesto de base— naufragó para perder con claridad por 85-60. Los naranjas solo aguantaron el primer cuarto, pero nunca encontraron la tecla. Y cada vez que conseguían recortar, los locales enchufaban un triple que volvían a distanciarles en el marcador. Mucho que mejorar para la visita del miércoles al Granada y recibir el domingo al Almansa.

Sergio García había mantenido la duda de la posible participación del base estadounidense. Pero prefirió no forzar. Así que solo quedaba Gaizka Maiza para ejercer las labores de dirección del juego. Lo que ya se sabía que era una gran desventaja. Pero el problema no fue en ataque, sino en defensa. El orden, la presión y el rebote faltó por completo y en el rival había grandes anotadores que fueron encontrando la confianza. Los coruñeses aguantaron diez minutos, después el Alicante fue cogiendo ventajas que al descanso ya era de 46-30.

La vuelta de vestuarios fue esperanzadora, con un parcial de 0-8, pero dos triples locales seguidos cortaron cualquier conato de reacción. Al Leyma le cayó como una losa. Y el cortocircuito fue físico y mental. Ya no salía nada. Lo mejor era que acabara el tiempo. Replegarse para volver con más fuerza. La liga da nuevas oportunidades y ya hay que pensar en la siguiente.