El Leyma tiene un pie y medio en el play off de ascenso a la ACB y eso que aún quedan cuatro jornadas. Le falta dar el último paso, un empujón más para cumplir con el objetivo después de otra victoria de prestigio (82-66). Los naranjas dejaron sin oxígeno a un Granada que se presentaba en el Palacio de los Deportes de Riazor segundo y con los galones del equipo más en forma de la liga, pero que no pudo desplegar su juego con un conjunto local que se hizo fuerte desde la defensa y que demostró un gran dinamismo en ataque, con muchas alternativas. Los coruñeses no dejaron respirar a su rival, sobre todo en un segundo cuarto en el que se quedó en tan solo nueve puntos, con una defensa que secó a jugadores como Murphy, Fall, Bropleh y Costa, muy por debajo de sus guarismos. En cambio, los de Sergio García corrieron cada vez que tuvieron ocasión, se gustaron y aunque empezaron por detrás en el marcador, esta temporada tan dura les ha enseñado a sufrir, a agarrarse a la pista aunque parezca que no haya esperanzas. El viernes, en Palma, toca otra batalla. Y el Leyma empieza a ponerse serio y a presentar su candidatura al ascenso.

No se podía esperar el desenlace atendiendo a los primeros minutos. Primera jugada, primer triple de Lluis Costa. Y en apenas tres minutos, dos faltas de Zach Monaghan. La diferencia se estiraba, aunque no era tan preocupante (2-9) como por el hecho de tener que sentar tan pronto al base estadounidense. Respondió a la altura Gaizka Maiza. Ya venía de hacer un buen partido la semana pasada y con tres canastas seguidas puso a la par a los suyos. Cuando todo parecía negro, llegar al primer descanso solo uno abajo (18-19) era tan solo un mal menor. La lucha prometía ser cuerpo a cuerpo.

Arnar Björnsson, antes de empezar el partido. | // VÍCTOR ECHAVE

Fue en el segundo cuarto cuando empezó a decantarse del bando local. Maiza puso por primera vez a los naranjas por delante (24-22). Y el Leyma ya no abandonaría nunca esa posición privilegiada de ir mandando en el marcador. Los problemas de faltas de Monaghan forzaron el debut del islandés Arnar Björnsson, aunque solo estuvo tres minutos en cancha. Fue testigo de cómo Romaric Belemene daba una exhibición de defensa en una jugada tras otra. Sus brazos siempre llegaban y no dejaban tranquilo ni un segundo a su par. El Granada se desesperaba. No lograban ni una canasta fácil. El Leyma iba poco a poco picando, aumentando la distancia. A veces casi jugaba contra un frontón. Metía canasta, robaba, volvía a meter canasta. Y el resultado reflejaba este dominio abrumador: 42-20 al descanso.

No bajó el ritmo el Leyma, que abrió el tercer cuarto con el mismo martilleo hasta alcanzar una máxima ventaja de 20 puntos (50-30). Una auténtica exhibición. A partir de ese momento, llegaron los peores minutos locales. También el Granada tenía que reaccionar. No era un cualquiera. Era el segundo clasificado —posición que se queda ahora el conjunto coruñés— y venía de ganar sus últimos cuatro partidos. Un parcial de 0-8, cortado por una canasta de Matulionis, fue la amenaza de remontada que se quedó solo en eso (60-49 al término del tercer cuarto). La renta no bajó nunca de los diez puntos. A parecieron los triples de Maiza, Matulionis y Peña que fueron dando aire a los naranjas ante las embestidas visitantes. El tiempo se agotaba y el Leyma aceleró en la recta final para además quedarse a su favor con el basquetaverage —perdió por nueve en Granada—. Doble victoria. Triple si se tiene en cuenta el factor moral.