En una población de aproximadamente 13.000 habitantes y un club con unos 150 piragüistas, el Ría de Betanzos maximiza sus recursos meteriales y humanos y vive el mejor momento de su historia. A nivel de resultados, el éxito es evidente. Un deportista, Carlos Arévalo, se acaba de clasificar para los Juegos Olímpicos, donde incluso tiene muchas opciones de medalla, y otros dos los han hecho para el Campeonato de Europa y del Mundo sub 23: Irene Lata e Iván Fernández. Los tres son la punta del iceberg, pero detrás hay muchos años de trabajo que se materializa ahora, lo que se une a un auténtico boom por el piragüismo derivado de la crisis del coronavirus. La gente busca actividades al aire libre e incluso han tenido que abrir listas de espera para los cursillos.

“Recompensa ver cómo del trabajo que haces, salen estos talentos. Sabes que estás haciendo algo bien”, asegura Javier Benito, director técnico del club. Él vio cómo tanto Iván como Irene daban sus primeras paladas en el río Mandeo con 12 y 13 años respectivamente. “Se les veía desde pequeños que eran unos fanáticos de este deporte. De los cinco días de entrenamiento venían todos y si les ponías alguno más, mejor. Los dos son muy trabajadores y se organizaban muy bien con los estudios”, añade, “más Irene que Iván”. Después, a ambos les tocó emigrar y buscar nuevos retos. Él, en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla, donde lleva tres años. Ella, un poco más cerca, en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra. Pero sin perder nunca la vinculación con el club que les vio nacer y ahora se enorgullece de que el pasado fin de semana ambos se clasificaron tanto para el Campeonato de Europa como para el del Mundo sub 23. “Ellos además son humildes, no se lo creen y saben que viene de un trabajo de atrás”, apunta.

Los dos son ya los nuevos ídolos de los muchos niños que Javier Benito empieza a formar en el club. “Cuando ven a Carlos (Arévalo)... alguno incluso se pone nervioso”, reconoce, “y los infantiles siempre están preguntando por ellos”. Precisamente, es una generación que ya apunta fuerte al conseguir, por primera vez en la historia del club, el título de campeones gallegos. Sin embargo, la filosofía es otra. “Nuestro objetivo es que la gente venga y se lo pase bien. Es la base. Y crecer como club. En otros buscan el rendimiento en edades tempranas, aquí más tarde. Iván, Irene o Carlos empezaron a despuntar a los 17. Los resultados son importantes, pero también dependes de que te salga un talento como ellos”, valora.

Pero ya llegados a este punto... hay que ser ambiciosos y el club puede este verano hacer historia con su primera medalla olímpica: “Carlos creen que pueden pelear con Alemania y que están muy fuertes. Y nosotros vamos a arroparlo y a apoyarlo para que lo consiga”. En cuanto a Iván en el Mundial, cree que es su momento para buscar la final y de Irene, que es solo su primer año en la categoría sub 23, dice que “ganar para ella es llegar a meta vacía de fuerzas”.

Ellos han demostrado que no solo en el sur de Galicia se consiguen resultados en piragüismo, pero también han ayudado a poner este deporte en el mapa de Betanzos. “Aquí hay ciclismo, fútbol, baloncesto, taekwondo... y se está apuntando mucha gente a piragüismo. Y eso que aún no llegó el verano, que es cuando más gente tenemos”, concluye el entrenador. El directivo Neftalí Paraje lo confirma: “Ahora mismo el club está rebosante de actividad. Estamos disfrutando del momento”. Con la timidez que da decirlo, cree que COVID les ha “beneficiado”. “Ha venido gente que busca una actividad segura y al aire libre”, asegura. Y lo cierto es que desde el pasado mes de mayo no han tenido ni un solo caso.