El Deportivo Liceo logró aplazar una jornada más —que serán dos semanas porque no hay liga hasta el próximo día 22 de mayo— el alirón del Barça gracias a su victoria en la siempre complicada pista del Caldes (2-3). El partido fue bronco, sobre todo en la segunda parte, pero los verdiblancos supieron templar los nervios para sacar adelante un triunfo que, además de seguir metiendo presión a los azulgrana —que hicieron su trabajo al vencer por 12-2 al Vic—, hace que les sirva para las cuentas para batir el récord de mejor puntuación de su historia que está en 76 y ya van por los 73 y les quedan dos partidos por disputar (Reus y Lleida).

No sabían muy bien los verdiblancos qué versión del Caldes se iban a encontrar, después de que el equipo catalán llevara más de un mes sin jugar. Pero el parón les hizo salir con ganas. El partido fue intenso desde el comienzo, aunque el conjunto de Juan Copa siempre parecía tener una marcha más. Acumuló ocasiones en el área con los movimientos de Maxi Oruste y desde el exterior lo intentaban César Carballeira y David Torres, que incluso se estrelló contra el palo. Y también desde lejos llegó el primer gol, que se lo apuntaron a Roberto di Benedetto —regalo de día de cumpleaños— pese a que la bola la desvió Marcos Blanqué. El Liceo tomó ventaja e hizo honor a su superioridad con el segundo, un gran acción de Marc Grau que necesitaba que le saliera una de estas. Amagó, disparó y la bola se fue a la red.

Lo que también tenían claro los liceístas es que no había lugar a la relajación. En el Palacio de los Deportes de Riazor, en la ida, el Caldes empató en dos suspiros. Y amenazó con una una nueva remontada al subir el 1-2 al marcador en el minuto siguiente, un tanto de Álvaro Giménez a tiro de Ferrán Rosa. Sin ponerse nervioso, el Liceo volvió a tomar la iniciativa y justo antes del descanso, un misil de David Torres le sirvió para dar cierta tranquilidad con el 1-3, si bien las nueve faltas en su haber eran lo más preocupante.

Como lo fue el 2-3 de Sergi Miras nada más abrirse la segunda parte, que condenó a 22 minutos seguidos de tensión. Que aumentaba porque los coruñeses no eran capaces de materializar ninguna de sus múltiples ocasiones. Jordi Adroher falló dos directas. Desde que metió la que dio la victoria en el último segundo del partido contra el Noia no ha conseguido transformar niguna más. Como tampoco culminaron Torres y Platero sendos mano a mano. El Caldes falló un penalti y una directa. En eso también hubo igualdad —como en azules—. Y en medio de la tensión, el gran susto de César Carballeira, al que hubo que hacerle una maniobra para evitar que se atragantara con la lengua. Volvió a la cancha, listo para ayudar en los minutos finales en losque incluso el Caldes lo intentó, sin éxito, sin portero.

Otra victoria de raza. Y esta para sobrevivir. Eso sí. el Barça lo tendrá en su mano en dos semanas. Ya dependerá de sí mismo en el partido contra el colista y descendido Mataró y el Liceo recibirá, en el último partido del año en el Palacio de los Deportes de Riazor, al Reus.