La delata su acento, pero María de Valdés se siente ya una coruñesa más. Hasta tal punto está adaptada que no le ha importado entrenar al aire libre en pleno invierno, haciendo largos y más largos en la piscina descubierta de La Solana. “En las últimas semanas el tiempo nos dio una tregua”, respira aliviada. La andaluza ya era una promesa cuando llegó a la ciudad hace cuatro años para ponerse a las órdenes de Jesús de la Fuente en el Club Natación Liceo. Pero ahora los retos a los que se enfrenta son palabras mayores. Hoy debuta en Budapest el Campeonato de Europa absoluto que puede servirle de pasaporte para Tokio y donde compite en 400 —la única con plazas disponibles—, 800 y 1.500 libres. Y en unas semanas afrontará el Preolímpico de aguas abiertas en 10 kilómetros. La versatilidad de la mejor versión de una María que ha vuelto. “Me ha venido muy bien estar todo el año sin moverme, pasar tiempo con mi gente y teniendo tiempo para entrenar con Jesús. Necesitaba estabilidad y la encontré en A Coruña”, resume.

Lo demostró en el último Campeonato de España, donde fue uno de los grandes nombres. Allí hizo gala de un excepcional estado de forma. Tanto, que rebajó la mínima olímpica en 1.500 libres y se proclamó campeona de España. Dos condiciones que en cualquier otro momento le hubiesen servido para ir a Tokio. Pero que en su caso, en un complicado proceso de clasificación, no le sirvió porque no rebajó el tiempo que una de sus rivales —Jimena Pérez, la otra es Mireia Belmonte— había firmado en otra de las pruebas de selección. “Un chasco”, reconoce. La presencia de ambas, ya clasificadas en 800 y 1.500, le cierra las puertas en sus pruebas, por eso tiene que ir a por el pasaporte en 400. “Está muy difícil, pero no imposible. Yo voy a ver si puedo mejorar mi marca y a ver si llega para la mínima (4.07.90). Voy a por todas y tengo muchas ganas, aunque no preparé este campeonato al 100%”, admite.

Porque aún queda el Preolímpico de aguas abiertas, en junio. A esta modalidad renunció en el Europeo. “No me arrepiento, miré por mí, porque he tenido muchos problemas de hombro y porque además el neopreno no me beneficiaba”, dice. En esta disciplina tiene otra dura rival española, Paula Ruiz. —cuarta en Budapest con un “carrerón”—. De las dos, solo una podrá estar en Tokio. Y es que a De Valdés justo le ha tocado competir en las pruebas con más nivel en España. “Es lo que tiene el deporte, es un reto y vamos a por él”, concluye.

Jacobo Garrido, en el Europeo de Madeira

El Club Natación Liceo tiene dos frentes abiertos durante esta semana, con María de Valdés en el Europeo de natación en Budapest y Jacobo Garrido, en el Europeo de natación adaptada en Madeira. La andaluza afincada en A Coruña competirá mañana en 800 libres, el viernes en 1.500 y el domingo, el último día, en los 400. Mientras que el coruñés, que desde esta temporada entrena en el CAR de Sant Cugat, también entrará en acción hoy en los 200 estilos. Para mañana quedarán los 100 mariposa y el jueves llegará el gran momento con los 400 libres, distancia en la que es el vigente campeón del mundo y en la que busca la mínima para los Juegos Paralímpicos de Tokio. Y para el viernes quedarán los 100 braza, una prueba en la que se estrenará en campeonatos de índole internacional como este de Funchal. El coruñés busca su clasificación para los Juegos. Prácticamente la tiene en el bolsillo con su mínima B, pero para garantizarse su presencia tiene que rebajar la A. De momento, solo dos españoles la han conseguido y nueve tienen la B. Son once nadadores por quince plazas masculinas que tiene disponibles el equipo nacional. Si otros cuatro firmasen tiempos por debajo de lo exigido, sería necesario hacer selección ya que solo la A garantiza el pase.

El equipo nacional acudió al Europeo con un potente equipo de 41 nadadores que ayer ya obtuvo sus primeros grandes resultados con dos oros de Teresa Perales y Sarai Gascón, tres platas de Nahia Zudaire, Marta Fernández y María delgado, que además hizo la marca mínima a para los Juegos de Tokio, y tres bronces de Íñigo Llopis, Toni Ponce y Michelle Alonso. También rozaron el podio dos gallegos. Sebastián Rodríguez Veloso, que a sus 64 años quiere clasificarse para Tokio, fue cuarto a cuatro décimas del bronce en los 50 libres en la clase S5; mientras que Juan Ferrón, en la categoría de discapacidad visual leve, se clasificó en la quinta plaza de los 100 mariposa. Excelente inicio de competición para el equipo español, que hoy volverá a optar a más metales, entre ellos, el propio nadador coruñés, que quiere dar un paso adelante en 200 estilos.