El Leyma dio el primer golpe en las semifinales del play off de ascenso a la ACB contra Granada. Un golpe casi doble, porque ganar fuera de casa está cada vez más caro. Y es eso precisamente lo que hicieron los naranjas, que se impusieron por 67-77 y tienen la oportunidad de cerrar la eliminatoria el sábado en el Palacio de los Deportes de Riazor (18.30 horas). Tras un partido muy igualado, el físico del conjunto coruñés aguantó más en el último cuarto y con una defensa perfecta terminó por desesperar a su rival, que terminó levantando la bandera blanca en señal de rendición. El sueño ya está a medio camino. Son seis las victorias que hacen falta para alcanzar la meta. Y ya van tres, con el Leyma como único invicto en el play off, y una pinta, por su seriedad y concentración en la pista y por su amplitud en su abanico de posibilidades ofensivas (Dago Peña volvió a brillar, Zach Monaghan dirigió y Javi Vega lideró), de que hará falta mucho para romper su muralla.

Ya fue así en el inicio del partido, más dubitativo de Granada y completamente tranquilo de los visitantes. A base de tirones transcurrió el primer cuarto. Un 0-7 de inicio para el Leyma, cortado por un triple del local Lluis Costa y que dio paso un 0-8 apoyado en dos triples, de un Javi Vega que empezó muy acertado, y de Dago Peña. El 3-15 dejaba muy tocado a un Granada que parecía atenazado y todavía pagando las exigencias de la prórroga contra Murcia cuatro días atrás. Pero lo normal era que los locales mejorasen y se fuesen metiendo en el partido y esta vez con 7-0 se fueron acercando peligrosamente hasta que Sergio García pidió tiempo muerto (10-15). Estaba acertado en el tiro exterior el conjunto naranja y anotaron de tres Matulionis y Belemene para volver a alejar en el marcador a los andaluces (22-12), a los que tocó reacción entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo para empatar a 23.

Empezaba un partido nuevo. Y dio paso a uno de muchísima más igualdad, a veces por lo bajo, con muchas imprecisiones y fallos por parte de los dos equipos, pero también intercambio de canastas que mantenían el marcador muy ajustado. Hacia el final, volvió a coger una ligera ventaja el conjunto naranja con un triple de Dago Peña, pero entre el final del segundo cuarto, que terminó con un triple de Bropleh, y el inicio del tercero —a la vuelta del descanso—, que comenzó igual con otro triple de Bropleh, el Granada por fin pareció encontrar su momento, lo que se confirmó con el 39-38 con el que el conjunto andaluz se puso por primera vez por delante en el marcador. Tuvo otras ventajas, la máxima de dos puntos, pero el Leyma siempre respondía. Los locales fallaron mucho desde la línea de la personal, contagiándose del poco acierto visitante en los tiros libres. Y eso permitía que los naranjas, aunque con dificultades y demasiadas pérdidas de balón, se mantuviesen por delante. Para terminar el tercer cuarto, además, apareció Lotanna Nwogbo, que no había tenido suerte el resto del partido, para anotar tres canastas seguidas y poner un 59-58 con el que se abría un último cuarto que parecía ser de infarto.

Pero entonces al Granada se le acabó la gasolina. El Leyma había llevado el plan a la perfección. Sabía que sus piernas y sus cabezas estaban más frescas y durante treinta minutos hizo un trabajo de erosión. Y cuando subió una marcha en el último cuarto, porque aún se había guardado una, los locales ya no tenían más. Los naranjas los desesperaron por completo y los maniataron. Desde el 61-61 no les dejaron anotar más. Siete minutos seguidos sin ver canasta mientras los coruñeses vivían de la conexión entre Monaghan y McGhee, que se puso las botas con las asistencias del estadounidense. Cuando Lluis Costa rompió la sequía analiza (63-72), su equipo ya había perdido completamente la fe. Al Leyma le llegó con ir anotando, aunque con fallos, desde la línea de la personal. Y pese al triple final local (67-77) ya no había marcha atrás en un triunfo de los de Sergio García, que acarician con los dedos la final, que tendrán que cerrar el sábado en el Palacio de los Deportes de Riazor.