Primera derrota en el play off del Leyma (82-85), que tendrá que jugarse el pase a la final por el ascenso el próximo miércoles en Granada. Los naranjas arrastraron un primer mal cuarto durante todo el partido y el conjunto andaluz supo administrar inteligentemente su renta. Cada vez que el equipo coruñés asomaba la cabeza, surgía un Bropleh o un Costa para volvérsela a hundir. Y pese a todo, a no encontrar su ritmo ni en ataque ni en defensa, y que a Granada le salía todo, el Leyma tuvo sus opciones en un final de locura en el que entre los dos equipos marcaron nueve triples. Golpe a golpe los naranjas se pusieron a dos (80-82) pero un par de malas decisiones y fallos desde la personal le dejaron sin premio a la insistencia. El Leyma dejó la lección de que nunca se rinde. El golpe debe ser bien duro si se le quiere hundir. El miércoles, en Granada, capítulo definitivo. El objetivo sigue a la misma distancia, tres victorias.

La historia del primer cuarto se explica en datos. Trece puntos y solo dos canastas. Y gracias a los tiros libres. A esos tiros libres que se les habían atragantado a lo largo de la temporada a los naranjas y que esta vez les salvaron de lo que podía haber sido una catástrofe. Seis de Lotanna Nwogbo. Dos de Gary McGhee. Y uno de Zach Monaghan, el único que falló su serie de dos. Nueve puntos desde la personal de los 13 con los que el Leyma terminó los diez primeros minutos. El Granada, que había acabado el partido del miércoles sin gasolina, parecía dispuesto a no tener que llegar con apuros al final y salió como una locomotora. Tenía que cambiar el guion, sorprender, era su única oportunidad. Y de la mano de Lluis Costa y de Christian Díaz los andaluces firmaron un primer cuarto casi perfecto, 13-26, doblando en el marcador al que hasta entonces había sido el rival más fuerte del play off.

No le iba a ser tan fácil. Jakstas despertó a los locales con un triple, apoyado por otro de Matulionis. La defensa mejoró, el Granada ya no anotaba tan fácil, pero también tenía a un Bropleh tocado por una varita mágica, que respondía con otra canasta de tres (19-35). En el peor momento, el rescate naranja llegó de la mano de su capitán, un Javi Vega que más allá de todo lo que hacía, con rebotes, puntos y defensa, era cómo lo hacía, con una lucha contagiosa que los iba a cercando. El parcial, de 13-2, llevó al 32-37, lo que más pudieron apretar antes del descanso porque el Granada reaccionaba en los momentos complicados y administraba su renta, 36-44 al descanso.

El arranque del tercer cuarto vivió un momento crucial para el Leyma. Tres triples seguidos (Vega, Monaghan y Peña) le hicieron toca la remontada, casi con los dedos, 45-48. Pero el Granada daba poco a poco golpes morales, porque siempre se guardaba un zarpazo más, , que además coincidía cuando el conjunto de Sergio García intentaba levantar la cabeza. Cogía aire, pero le volvían a poner el agua por encima de la nariz. Y pese a que la tercera de Bamba Fall le hizo daño, con Nwogbo dominando a sus anchas en la pintura, se guardaba la magia de hombres como Costa y Broleph para seguir mandando (57-63).

El último cuarto fue el opuesto al del miércoles. Si allí el Granada se había quedado sin marcar durante siete minutos, este lo abrió con cinco triples, tres con el sello de Broleph (61-77). El Leyma se desquiciaba con los árbitros tras la cuarta falta de Nwogbo, de ahí de nuevo tuvo que salir Javi Vega a decirse a sus compañeros que ni una protesta más, que a partir de entonces, a defender, a jugar. Belemene permitió soñar a los naranjas (67-77), igual que tres tiros libres de un Monaghan que minutos antes recibía asistencia en el banquillo (72-80). El Palacio entonaba el “sí se puede”. Los triples de Peña -que tomó dos malas decisiones de tiro en esos segundos finales- y Vega, y dos fallos desde la personal de Bropleh, hicieron el resto. El marcador señalaba un 80-82 y 8 segundos por jugar. Granada metió un tiro libre y falló otro (80-83) y con cinco por delante Monaghan recibió falta. Falló el primero, tiró a fallar el segundo buscando un milagro que no llegó. El rebote fue visitante, que cerró con dos tiros libres (80-85) antes de que Peña cerrara el partido con una canasta intrascendente (82-85).