Como mucho, y los dos desean que así sea, a Fabrizio Ciocale (Buenos Aires, 1998) y a Franco Platero (San Juan, 1992) les quedan tres partidos con el Liceo. Mínimo uno, el jueves contra el Voltregá en los cuartos de final de la Copa del Rey que se disputa en A Coruña. Así que los últimos y los más especiales. Porque no hay mejor despedida que levantar un título ante la afición propia. Los jugadores argentinos no seguirán en el conjunto verdiblanco la próxima temporada tras cuatro y dos años respectivamente a las órdenes de Juan Copa. Ciocale pone rumbo a Italia para jugar en el Valdagno y Platero, a Portugal, para enrolarse en el trasatlántico del Oliveirense. Pero antes toca una competición a la que hay muchas ganas. Primero por lo que ha habido que esperar por ella, un año y tres meses. Y también porque tras quedarse muy cerca de la gloria en otras ocasiones, esta es una que no quieren dejar desaprovechar. La puerta grande les espera.

“Me hubiese gustado ganar mucho más”, reconoce Platero, “pero lamentablemente no hemos podido levantar nada por muchos motivos, nos faltó ese último paso aunque en general creo que tenemos que estar contentos porque hicimos un gran año en el que creo que también nos faltó suerte”. Por eso Ciocale cree que es el momento de “sacarse la espina”. “Tenemos que conseguir lo que nos merecemos. Estamos haciendo una temporada increíble y nos falta poner la frutilla del postre”, añade. Los dos coinciden en que el objetivo es estar en la final. “El de Voltregá —cuartos de final del jueves— va a ser un partido muy duro. La Copa son los ocho mejores del campeonato español y cualquier le puede ganar a cualquiera. Es verdad que tenemos el factor cancha y tenemos que hacerlo valer. Pero será duro. Si llegamos al domingo, tendremos muchas posibilidades de ganar, pero a un partido también hay que saber medirse y jugar cada uno como si fuera el último”, continúa analizando el de Buenos Aires. “Aunque juguemos en casa, va a ser muy complicado porque los rivales son muy duros. Primero tenemos que empezar el primer partido y después ir paso a paso. No podemos pensar en el domingo porque si el jueves fallamos ya no hay otra opción”, dice por su parte el de San Juan.

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Todo el Liceo está muy concentrado en esta competición. Todos tienen sus motivaciones. Ganar un título siempre lo es. Hacerlo en casa le pone un valor extra. Y si encima es para decir adiós, el doble. Ambos utilizan la expresión “despedirnos a lo grande”. “Ya que he estado tan bien aquí, me gustaría devolver algo a la ciudad”, matiza Platero. Él llegó hace dos años, cuando tenía ya una carrera contrastada en Italia, pero quizás en España su apellido sonaba más por el paso de su hermano Matías, ahora en el Sporting de Portugal, por el Reus. Y deja un recuerdo imborrable, líder y cerebro de Juan Copa sobre la pista. Fabrizio Ciocale vino siendo un niño, aunque su primer año, cuando todavía jugaba en el júnior, no cuajó y se volvió antes de lo esperado a su país. Decidió darle una nueva oportunidad a A Coruña y no se arrepintió. Ganó el título de la Supercopa de España en 2018 y desde el filial se hizo un hueco en el primer equipo, aunque con pocos minutos y oportunidades, los que se fue a buscar a Braga con una cesión a principio de este año, pero volvió por Navidad.

“Son prácticamente cuatro años en los que pasaron muchas cosas. Viví muchas bonitas, feas también, pero es parte de la experiencia. Estoy súper agradecido de haber vivido esto y me llevo los mejores recuerdos de muchísima gente. Es verdad que tengo ganas de afrontar un nuevo reto, pero siempre con la idea de volver a un club así”, señala el jugador que lleva el número 21 a su espalda. “Estoy muy contento con la ciudad, con el club, con mis compañeros sobre todo. Me cuesta mucho irme, pero en mi profesión uno trata de buscar lo mejor para uno. He crecido mucho en lo personal y dentro de la pista y estoy muy agradecido por ello”, indica el 57. A Coruña ha dejado huella en ellos. Y seguro que se llevan con ellos la morriña. “Echaré de menos todo, no hay una cosa en específico. Tengo bastantes amigos. Y la ciudad en sí. Vivir aquí ha sido increíble y creo que le he sacado el máximo jugo”, responde Ciocale a lo que Platero añade el factor humano. “Extrañaré a los chicos, el grupo que hicimos es buenísimo, nos hemos hecho muy amigos. Y a la ciudad también. Estoy encantadísimo. A Coruña es un sitio para vivir”, destaca. Solo le quitaría una cosa: la lluvia. “Uno se acostumbra pero si lloviese un poco menos... sería la ciudad perfecta”. “A mí siempre me dijeron que esto era así de verde por el clima, así que hay que asumirlo”, replica Ciocale, que echará de menos incluso el clima. “De donde soy también llueve, hay semanas en las que no sale el sol...”, bromea. Pero eso será en el futuro. Aún no se han ido. Están muy aquí. Presentes y listos para el gran reto de la Copa de A Coruña.