Javi Vega se ha destapado en el play off de ascenso a la ACB como un gran capitán para el Leyma. En las buenas. Pero también en las malas. El partido del sábado contra el Granada fue el mejor ejemplo. Tanto por su comportamiento en pista como después de la derrota, tras la que salió a decir que el rival había sido “justo vencedor” y que hablar de árbitros es de “picados”. Además, señaló el camino para estar en la final: recuperar la defensa. Los números, y no solo el jugador madrileño, son muy claros con ello. El conjunto coruñés ha ganado 13 de los 14 partidos en los que el rival se quedó en menos de 70 puntos. Y ha perdido el 100%, los seis, en los que el contrario se fue por encima de los 80, el último el del sábado (82-85).

Las opciones del Leyma aumentan notablemente cuando los partidos los controla desde la defensa. El porcentaje es de casi el 93% de victorias cuando deja al rival en menos de 70 puntos. De las catorce ocasiones que pasó eso, solo se le escapó un triunfo, cuando perdió por 60-68 contra el Breogán en el Palacio de los Deportes de Riazor. El porcentaje se mantiene en un elevado 90% en el caso de los 75 puntos. Fueron 21 encuentros, entre la liga regular y los de play off, en los que los conjuntos a los que se midieron los naranjas no pasaron de esa cifra. Y en este caso, solo se le escaparon dos, el mencionado del Breogán y el 74-65 con el que perdió precisamente en Granada en el inicio de la segunda fase.

Por encima de los 75 puntos cambian las tornas. Fueron 9 los partidos en los que el Leyma encajó más y solo ganó dos: a Palma por 94-76 y a Castelló por 77-78. Y ya cuando el rival anota 80 o más puntos, el porcentaje de derrotas es del cien por cien, seis en seis ocasiones. “Tenemos mucho talento, pero no tanto como para ir a cien puntos. El camino es la defensa. Si allí salimos a morder, tenemos muchas opciones de ganarlo. Depende de nosotros completamente”, analizaba el propio Javi Vega.

Otra de las claves que necesita el Leyma para el miércoles es el banquillo. Se ha hablado mucho de su profundidad, de que los naranjas tienen el mejor fondo de armario. Y así ha sido durante buena parte de la temporada. Pero Sergio García ha pasado de jugar con doce a lo largo del curso —para dar descanso a los veteranos y que estos llegaran más justos a la fase decisivo del curso— a acotar la rotación a nueve. Gediminas Zyle se cayó involuntariamente de ella, ya que tuvo que ser operado de la rodilla y eso ya hace que sean once los jugadores convocados para los partidos. Y el técnico prácticamente no ha contado con Taiwo Badmus y Arnar Björnsson —que el sábado tras no jugar ni un segundo contra el Granada se quedó él solo sobre la pista, tirando una y otra vez a canasta—. Solo son cuatro los recambios. Gaizka Maiza para Zach Monaghan; Romaric Belemene para Dago Peña y Osvaldas Matulionis; Rolandas Jakstas para Javi Vega y Lotanna Nwogbo, el que más está aportando, para Gary McGhee.