La celebración liceísta de la Copa del Rey destilaba emoción. Por fin Juan Copa sonreía de oreja a oreja, cumplida su promesa de dedicarle el título a su padre, fallecido este año. Por fin César Carballeira cumplía su sueño desde que a los tres años se puso los patines en el patio del colegio, por el que llevaba sin poder dormir desde las siete de la mañana. Abrazo viene, abrazo va, no había un miembro del equipo sobre la pista, enfundados en las camisetas conmemorativas de la décima, que no tuviera su motivo de orgullo personal. El del capitán Dava Torres, que pedía a su novia que bajara a la pista. El del otro coruñés del equipo, el portero Martín Rodríguez. Los que se despedían, Franco Platero y Fabrizio Ciocale. Los orgullosos padres Carles Grau y Jordi Adroher, que podían meter a sus pequeños en la copa. El francés Roberto di Benedetto y Marc Grau junto sus hermanos gemelos —Bruno, del Lleida, y Álex, del Girona, que también disputaron la Copa—. Maxi Oruste, cuyo reciente matrimonio trajo un pan bajo el brazo. Y todo un cuerpo técnico, muy coruñés, que podía saltar con los suyos. Las ventajas de jugar en casa. Una celebración muy familiar.

Aunque al propio Juan Copa le faltaban su mujer y su hijo. “Están en Asturias, mi hijo se clasificó para el Campeonato de España”, le temblaba la voz al explicarlo. Le faltaban esos abrazos. Recibió muchos otros. Incluso invisibles. “Hice una promesa este año de dedicarle algo a dos personas que se fueron. Una mi padre. No hay nada mejor que dedicárselo porque me dejó elegir este deporte del cual me enamoré. Por eso le doy las gracias. Yo creo que nos ayudó en las últimas jugadas”, seguía intentando contener las lágrimas. Era el momento de soltar toda la tensión contenida. Durante cuatro días. Durante la temporada entera: “Esto compensa todo el trabajo de todo el año”. Ahora, “toca disfrutar”. “Este es un grupo fantástico. Nos hemos llevado muchas palos. Hubiera sido duro no llevarnos el título en casa y podía haber sido así, porque el deporte es así de duro. Se lo merecen. Y también toda la gente que tenemos detrás. Esto es el Liceo y de vez en cuando hay que pasar por la vitrina y estamos orgullosos de llevar un título más”, insistió.

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El Liceo le gana 3-2 al Barça y se lleva la Copa del Rey de A Coruña Echave

“Esto”, decía César Carballeira señalando la pista, con camisetas verdes por todas partes y llena de confeti en el que los niños se bañaban como si estuvieran en una piscina —como él también hizo cuando era pequeño—, “esto significa todo para mí”. Llevaba despierto desde las siete de la mañana, confesó, soñando con cómo podía ser la celebración. “No podía pensar en otra cosa”. Una visualización que durante el partido le convirtió en un miura. “Después del año que pasamos, de estar peleando por la liga, qué mejor que despedirnos con este título. No hay mejor premio que tener a mil cien personas ayudándonos para terminar así la temporada y hacer historia”, señaló.

El partido perfecto del Liceo fue desde el MVP Carles Grau hasta Jordi Adroher, que puso su grano de arena con las directas. “Hacía algún tiempo que no estaba acertado”, reconocía el 77, “la confianza en mí la seguía teniendo, pero claro, después de haber fallado tantas... siempre cuesta más”. Una enrome aportación pese a que salió a la pista lesionado: “Todos llegamos mental y físicamente justos y hemos tenido que remar para sacarlo. Cuando llegas a una final, sacas fuerzas de donde no las hay. Nos hemos juntado, sabíamos que contra el Barça teníamos que estar muy unidos y lo hemos hecho”.

“Adroher llevaba una mala racha y ha metido las dos. No podemos pedir más. El día que tenía que estar ha estado”, opinó e MVP. “Mi segunda Copa y mi segundo MVP. Significa que he ayudado al equipo a conseguir este título. Pero el mérito es de todos. Lo de menos es el MVP. Ganar la Copa es increíble”, continuó Carles Grau, que ya en cuartos de final detuvo una falta directa a tres segundos para el final de la prórroga que podía haber cambiado la historia. “No ha sido un proceso fácil. Somos el Liceo, no ganamos finales de seis o siete goles. Así sabe mejor. Ha costado mucho ser campeones y ahora a disfrutarlo”, indicó.