“Ahora a disfrutar”, repetían el domingo como una muletilla todos los jugadores del Liceo justo después de ganar la Copa del Rey, todavía exhaustos por el esfuerzo realizado en una dura final contra el Barça, pero eufóricos por la gesta que habían logrado diecisiete años después. Han trabajado mucho, desde agosto sin vacaciones —ni por Navidad porque la Supercopa de España fue el 2 y el 3 de enero—, con kilómetros y kilómetros de por medio, y esta es su recompensa. A cada título le sigue su celebración, directamente proporcional al esfuerzo invertido y al tiempo esperado para el trago. Pero también es hora de agradecimientos a los que le han acompañado en el camino. Por eso la Copa paseó ayer por una ciudad que se rindió a sus pies. No se celebra una Copa del Rey todos los días. Tampoco muy a menudo visitan campeones la sede de LA OPINIÓN, por donde ayer se pasó un equipo verdiblanco al que todavía le duraba la alegría. “Campeones, campeones”, ni una noche en vela ni subir a pie cuatro pisos podían con sus energías. Los jugadores pasaban las páginas del periódico, repasando una y otra vez los momentos de la final. Firmaron también un póster con la foto de celebración. Y brindaron una Copa que tenía ya signos de mucho trote.

Los jugadores firman un póster con la foto de la celebración. | // V. ECHAVE

HOY, EN EL COLEGIO

Los actos seguirán hoy, cuando el equipo al completo hará una de las visitas más especiales, a los niños del colegio Liceo La Paz. Allí ya patinan los nuevos Dava Torres, César Carballeira o Martín Rodríguez, el eje coruñés del equipo, el espejo de las nuevas generaciones. Ellos podrán ver a sus ídolos y estos recibir todo el cariño y admiración de los más pequeños.

El capitán Dava Torres, con la Copa. | // V. ECHAVE

El club, por otra parte, anunció que ya está a la venta en la tienda oficial de Macron la camiseta conmemorativa de la décima Copa del Rey del Liceo. Un recuerdo de un fin de semana para la posteridad.