Hace ya doce años que en la piscina del Foro Itálico de Roma se batían algunos de los récords del mundo que todavía hoy siguen vigentes. Entre ellos, el de una Federica Pellegrini que triunfaba en casa y que dejaba su sello en las pruebas de libres, especialmente en un 200 en el que todavía es la reina. En ese mismo legendario escenario y en esa misma prueba será en la que hoy debute en el Campeonato de Europa júnior la coruñesa Paula Otero, que tendrá mucho trabajo. La deportista del CN Arteixo nadará 200, 400, 800 y 1.500 metros, además de las pruebas de relevos. Agazapada desde el quinto o sexto puesto de los rankings se siente más cómoda para intentar el asalto a las medallas y confirmar lo que ya es, una de las mayores promesas de la natación española. No será su última oportunidad. En dos semanas de la capital italiana se irá a la francesa, París, donde le espera el Europeo júnior de aguas abiertas. Cantidad, calidad y versatilidad de una nadadora única.

“Tengo muchas ganas de competir, más que nervios, que siempre me pongo un poco antes de cada campeonato, pero para este lo que hay son ganas”, decía el pasado sábado, mientras preparaba las maletas para viajar a Roma desde la concentración con la selección española en Madrid. El trabajo ya está hecho y ahora tiene que salir a relucir en el Campeonato de Europa en la que ya es una nueva temporada de éxitos de su carrera. No para de ganar medallas desde que en categoría alevín se subió al primer podio nacional, cuando todavía competía por el CN Liceo. Con el paso de los años, trasladada al Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra — “no me arrepiento nada, sino todo lo contrario, de haberme ido”—, ha ido evolucionando, dejando atrás pruebas como el 400 estilos o el 200 mariposa, para centrarse más en el fondo. “Noto que puedo progresar más en ellas”, reconoce. Ahora puede dar el salto definitivo con su primera medalla internacional. “Han salido ya los rankings. En casi todas las pruebas voy de quinta o sexta y para mí es mejor, porque si fuera entre las tres primeras sería más presión. Así que si me quedo como estoy ya estaría contenta. Pero lo que sí que me gustaría sería bajar mis marcas”, explica.

El calendario es exigente. Hoy por la mañana participa con el relevo español de 4x200 libres para acto seguido nadar las eliminatorias de 800 libres —con solo tres series de descanso—. En esta prueba, parte con la quinta mejor marca de las participantes. Por la tarde le tocará la final del relevo. Y mañana, la final (si se clasifica), de 800. El jueves, turno por la mañana para las eliminatorias de 200 libres, la prueba que le queda más corta y que si pasa a semifinales las nadará por la tarde. El viernes por la mañana tocarán las series de 1.500, en las que parte con la sexta marca —y por la tarde si se clasifica la final de 200—. El sábado, final de 1.500 por la tarde. Y, por último, el domingo, los 400 libres en los que también está sexta en el ranking. “400 y 800 son las pruebas a las que más ganas les tengo. No porque me quedara alguna espina, sino todo lo contrario, como me quedé con buen sabor de boca, quiero repetir ya”, señala.

Un aliciente extra en Roma iba a ser lograr las mínimas para el Campeonato del Mundo júnior, que iba a ser en agosto. “Las tenía cerca e iba a ir a por ellas, pero finalmente se canceló por el COVID”, indica. Es un invitado que siempre llevan en la mochila y del que todavía no pueden desprenderse después de más de un año y medio. Pese a todo, es positiva. Si en pleno confinamiento le dicen que iba a batir todos sus récords personales y viajar a Roma para el Europeo júnior, probablemente no se lo creería. “Fue duro. Al principio lo del CGTD entrenábamos juntos por Skype y yo tuve la suerte de pasar el encierro en una casa con una piscina pequeña. Me ataba a unas cuerdas y nada, aunque tampoco hacía mucho”, recuerda. Después llegaron los viajes diarios A Coruña-Pontevedra para poder entrenar.

Unos meses duros, pero con recompensa. Está en su mejor momento. En Roma intentará aprovecharlo, pero aún le quedará otro opción en parís en el Europeo de aguas abiertas. “Es fácil preparar ambas cosas porque tengo suerte que en piscina ya preparo fondo. Obviamente, los ritmos no son los mismos. Pero lo que hago es unas semanas antes aumentar los metros. La verdad es que estoy muy contenta de mi oro en el Campeonato de España. Así que a ver qué pasa”, suelta al aire, como un deseo en una moneda en la Fontana di Trevi.