Recién aterrizado en España —llegó el domingo a Madrid y de ahí viajó hasta Gijón, donde reside habitualmente—, Carlos Arévalo todavía no tiene vacaciones. El subcampeón olímpico del K4 500 metros en los Juegos de Tokio se reincorporó ayer a su puesto en el Regimiento de Infantería Número 3 de Cabo Noval, en Asturias. Allí, con su medalla de plata al cuello, fue recibido por sus compañeros con un pasillo de campeón y aplausos al ritmo del We are the champions. En los próximos días, el de Betanzos viajará a casa para seguir con los reconocimientos.

La plata de Carlos Arévalo ya pasa revista en España | FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE PIRAGÜISMO