El jueves Jacobo Garrido (A Coruña, 1992) se embarca hacia el que es el reto más importante de su vida, los Juegos Paralímpicos de Tokio. Solo un día después de cumplir 19 años será la Inauguración y otro más tarde, su debut en su prueba, los 400 libres, de la que es campeón del mundo y plata europea. “Me lo juego todo el primer día”, reconoce y pese a ello, no está nervioso. “Cuando llegue allí, veremos”, puntualiza.

Jacobo Garrido, en la piscina del CAR de Sant Cugat, antes de viajar a los Juegos Paralímpicos de Tokio. | // LA OPINIÓN

Este año cambió de ciudad, de centro y de entrenador, al trasladarse al CAR de Sant Cugat. ¿Cómo ha sido la adaptación?

Lo he llevado muy bien, mejor de lo esperado. Pensé que me iba a costar más adaptarme porque los entrenamientos son completamente diferentes y al final me adapté bastante bien y estoy muy contento aquí.

¿Por qué diferentes?

Diferentes, ni mejores ni peores. Al final son métodos completamente diferentes, ahora es mucho más gimnasio y menos metros. Con Jesús muchos metros y poco gimnasio. Cambia bastante todo.

¿Está satisfecho con los resultados de la temporada?

Siempre he estado contento con mis resultados, tanto cuando entrenaba en el Liceo como aquí. Este año creo que estoy haciendo una buena temporada, aunque sí que es cierto que me falta hacer un pelín mejor en mi prueba, que es el 400, pero también es porque justo cuando mejor estuve de forma, que fue en febrero, justo estaba medio lesionado de los codos. Y en el Europeo también me encontraba un poco mal. Nunca pude rendir al máximo en mi prueba y espero que ahora en los Juegos, sí.

¿La preparación estaba enfocada para rendir en día D en los Juegos Paralímpicos?

Eso sí, la preparación desde el día uno está enfocada para los Juegos. Podía estar mejor en algún campeonato, pero todo estaba destinado a los Juegos.

Ya es campeón del mundo, subcampeón de Europa... ¿se da cuenta de que los Juegos son algo todavía más especial?

Para mí era como una competición más, un poco más especial que el Mundial, pero solo eso. Pero por lo que todos me dicen, los Juegos son completamente diferentes. Y viendo a mis compañeros, cómo se están preparando, con la mentalidad con la que están... te das cuenta de ello.

¿Cuál es el objetivo?

El objetivo principal es conseguir una medalla. Y si no se puede, hacerlo lo mejor posible y bajar mi marca. Pero lo primero es la medalla. En 100 mariposa y 200 estilos si entro en la final será ya un buen resultado. Y nado también dos relevos y en uno creo que hay opciones, aunque también será difícil.

¿Cree que una medalla en los Juegos vale más que la Mundial?

Yo creo que incluso un bronce es mejor que el oro en el Mundial. Más o menos estarán por ahí.

Recibió en los últimos días un regalo muy especial para darle ánimos para Tokio.

Me mandó mi familia y amigos una camiseta firmada.

¿Siente morriña?

Los echo de menos, claro, a amigos y familia, pero como al final disfruto entrenando aquí, tampoco tengo la necesidad de verlos ya. Sé lo que me estoy jugando, entonces me centro en lo que estoy.

¿Cómo es el próximo plan de viaje a Tokio?

Me quedan unos días de entrenamientos en el CAR de Sant Cugat y el día 19 nos vamos para Tokio. Las maletas ya las tengo hechas.

¿Tiene que pasar muchos test?

La semana que viene ya hicimos una y esta tenemos que hacer dos, 96 y 72 horas antes de viajar. Y al llegar allí, otra. Pero bueno, es lo que hay. Al final es eso o nada, así que prefiero eso.

¿Siente que ha llegado su momento, después de quedarse a las puertas de Río 2016?

Hace cuatro años aún estaba en la S10 y lo tenía más complicado. Aún así me quedé cerca. Ahora es mi momento. Y esperemos que nos queden muchos más momentos.

Los gallegos, con siete medallas en los Juegos Olímpicos, les han dejado el listón muy alto a los paralímpicos. ¿Les superarán?

A ello vamos. En los Paralímpicos somos la tercera comunidad con más participación y vamos a hacerlo muy bien, estoy seguro.

¿Ha hecho alguna promesa o apuesta?

Ninguna, aunque como mucho le dije a uno de mis compañeros que si ganaba medalla y si me caliento, igual me tiño el pelo, pero no creo (se ríe).

Solo un coruñés, Pucho Boedo en Atlanta 1996, ha conseguido una medalla en los Juegos Paralímpicos.

Hace muchos años ya, 25. Pero es como la maldición de que en los deportes por equipos no se gana el oro desde 1996 también. La maldición sigue, a ver si la rompemos.