“Ha sido la mejor clase de mi vida”, le decía una niña de unos nueve años a su amiga en el vestuario de la Casa del Agua. ¿La razón? La visita de Gemma Mengual, que como profesora dirigió una pequeña coreografía al ritmo de The eye of the tiger, pero también compartió tiempo con los pequeños haciéndose fotografías y firmando autógrafos en los gorros de piscina. Tampoco se libró del agua. En cuanto los alumnos de Termaria vieron que la exnadadora llevaba el bañador por debajo de la ropa, la obligaron a meterse. “Siempre me pasa igual y me acabo tirando. El agua lo cura todo”, confesó.

Equipada con un chándal de la selección española, Mengual hizo de entrenadora y compañera. Con dulzura, cariño y una sonrisa que no desapareció en toda la sesión. “Intentamos no hundir al compañero”, dijo entre risas en más de una ocasión.

Casi una veintena de alumnos de los cursos de natación de Termaria escucharon con atención las indicaciones de la doble medallista olímpica, a la que observaban con admiración. Sobre todo cuando entró en el agua e hizo algún ejercicio que dejó a todos con la boca abierta. “Me encanta trabajar con niños y niñas de estas edades, son como esponjitas. Se ve que lo pasan bien, que es lo bonito del deporte”, desveló Mengual.

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Clase de Gemma Mengual para los niños de Termaria A Coruña Carlos Pardellas

Hace solo unas semanas, la exnadadora fue comentarista de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en los que, aseguró, España hizo “un papel brutal”. “A veces, los resultados no son tan importantes. Había un nivelazo, una competición durísima, y estuvieron ahí demostrando que había calidad, ilusión y mucho trabajo detrás”, comentó.

En su masterclass, explicó cómo hacer volteretas, les enseñó a entender la música y cómo hacer que el gorro no se escape y moleste. Consejos que muchos se llevan ya guardados en su memoria, o eso les dijeron a sus familias cuando acabaron la pequeña actuación. “¿Y por qué ya no compite?”, le preguntaba un niño a su madre. A sus 44 años y retirada, su nombre ya no forma parte de la selección española de natación sincronizada, aunque sí dejó su nombre grabado en ella. Llegó a lo más alto. “No hay secretos para ello, es trabajo y no perder nunca el rumbo. A veces se llega y otras veces no. El deporte es así”, resumió.

Cuando participa en este tipo de iniciativas, Gemma Mengual ve “talento”, pero también “actitud y cabeza”, que para ella son clave para alcanzar el éxito. “Si uno quiere llegar, los obstáculos son pocos”, sentenció, y añadió que en España “se está trabajando muy bien y hay una base estupenda” . Sobre la presión y la angustia, la exnadadora confesó haber tenido “suerte” de tener a su “entorno” pendiente de ella en todo momento. Aun así, defiende que “la presión se la pone uno mismo”. Años de trayectoria la han llevado a seguir amando la natación sincronizada. Para Mengual, es un “deporte precioso y muy completo”. “Es muy duro, pero compensa”, concluyó.