El Liceo afronta en Igualada (21.00 horas) la quinta jornada de la OK Liga y segundo partido de su maratón de tres en una semana. No será un partido fácil en la siempre complicada pista de Les Comes, pero los verdiblancos no quieren perder el ritmo. Con tres victorias y un empate en el inicio de la temporada para diez puntos ya son segundos, por detrás del Barça (12), pero ya con un pequeño margen sobre los que vienen por detrás (Lleida, 8, y Reus, 7). El equipo de Juan Copa sigue trabajando en la adaptación a los nuevos sistemas, ganando tiempo hasta mostrar su mejor versión, que tiene que ser al final pues nadie olvida que la instauración del play off lo cambia todo. Mientras tanto, el gran momento de Jordi Adroher a bola parada le va ayudando a sacar adelante los triunfos. Cuando no mete los penaltis, acierta con las directas. Y viceversa. Decisivo.

En esta OK Liga nadie pone las cosas fáciles. Ya lo dejó claro el sábado el Voltregá. Es colista, pero la clasificación casi no importa, porque cualquiera de los equipos tiene munición suficiente para meter en un apuro al rival. El Igualada ocupa la zona baja, pero encadena dos resultados positivos. Ganó en su pista al combativo Alcoy (4-3), que ha regresado a la máxima categoría por la puerta grande. Y el domingo empató en Caldes (2-2) ante un equipo que el año pasado se coló entre los grandes, aunque este le está costando arrancar. En las dos primeras jornadas de la competición, sin embargo, fueron superados claramente por los equipos destinados a luchar por el título ya que perdieron contra el Reus (3-6) y sufrieron la embestida del Barça (11-1).

El equipo arlequinado, dirigido desde el banquillo por Xavier García, mantiene un bloque de jugadores veteranos, entre los que se incluye el portero Elagi Deitg, el potente César Vives, el defensa goleador Marc Palau y el capitán Ton Baliu. A los que añade a canteranos talentosos que ya empiezan a tener protagonismo en la elite como es el caso de Bernat Yeste, Gerard Riba y Aleix Marimón. El curso pasado, el club, uno de los históricos de la competición, pasó muchos apuros para confirmar su plaza en la OK Liga, por lo que este año, con los jóvenes ya más crecidos y experimentados, esperan librarse de las prisas.

Hay que tener en cuenta que el Igualada jugó el domingo en Caldes y que su plantilla es más corta que la liceísta, aunque esta ya venía de una semana con enfrentamiento doble. La vuelta del capitán Dava Torres permite que el técnico coruñés pueda hacer dos rotaciones completas. El sábado, mediado el primer tiempo, hizo un cambio cuádruple al sacar a los cuatro que estaban en pista y dar salida a los otros cuatro que se habían quedado de inicio en el banquillo. Otra buena noticia de ese partido fue el hecho de que Carles Grau dejara su portería a cero. Diez goles en los tres primeros duelos superaban la media del curso pasado, en la que fue el portero menos goleado con 51 en 30 partidos, menos de dos por encuentro (1,7). La marcha de un gran defensor como Franco Platero obligó a modificar ciertos aspectos del juego para dar cabida en él a las características de los nuevos, unos Álex Rodríguez y Jordi Burgaya que aún tienen que encontrar su sitio.