Enmanuel Reyes ya está en segunda ronda de los pesos pesados (entre 86 y 92 kilos) del Campeonato del Mundo de boxeo. El púgil de origen cubano y afincado en A Coruña se deshizo ayer en su primer combate en Belgrado (Serbia) del griego Vagkan Nanitzanian después de que los jueces le dieran el triunfo a los puntos, una decisión dividida. El Profeta de Monte Alto —su nombre de guerra—, se enfrentará mañana al francés Soheb Bouafia en dieciseisavos de final.

Reyes llegaba al Mundial después de una preparación muy corta, aunque intensa, ya que solo ha tenido un mes de entrenamiento. Después de los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que consiguió un diploma aunque muchos le consideran uno de los ganadores morales, el coruñés tenía mucho que demostrar en Serbia. Tuvo mala suerte con el sorteo en cuanto a que solo había seis combates de primera ronda y a él le tocó uno de ellos —es decir, tendrá que hacer uno más que sus principales rivales—, pero buena porque por la otra parte del cuadro van los contrarios de peso, como el cubano Julio la Cruz, campeón en Tokio y que le eliminó en cuartos de final del torneo olímpico con mucha polémica.

Le tocaba debutar contra un rival menos conocido, pero el griego Nanitzanian planteó una gran pelea y le tocó esforzarse al máximo para seguir vivo en el Mundial y prolongar el sueño de colgarse el oro. El camino sigue y seguirá siendo complicado, pero El Profeta siempre promete espectáculo.

Españoles

Ayer entraban en acción otros tres boxeadores españoles, con dos derrotas y una victoria como resultados. Los que cayeron eliminados a las primeras de cambio fueron Pablo Coy, que cedió ante el búlgaro Rami Kiwan en la categoría de hasta 75 kilos, y Martín Molina, que no pudo con el ruso Akhtem Zakirov, vigente campeón del mundo sub 22. El triunfo correspondió a Adrián Thiam, en menos de 63 kilos. Por decisión unánime venció al letón Mark Andreyev. Completan la participación española en Serbia Gabriel Escobar, Antonio Barrul, Youba Sissokho y Ayoub Ghadfa Drissi.