El Profeta de Monte Alto ya ha hecho historia. “Ha venido a revolucionar la historia del boxeo español”, suele decir Chano Planas. Y Enmanuel Reyes le ha dado la razón al ganar ayer al estadounidense Jamar Talley y clasificarse para las semifinales de los pesos pesados del Campeonato del Mundo que se está disputando en Belgrado, un billete que además le asegura un puesto en el podio final. Es la segunda vez que un púgil nacional se cuelga una medalla en un Mundial. Pero el coruñés quiere más. En el horizonte está ya la final, con la posible revancha de los Juegos Olímpicos. Porque su verdugo en cuartos, el cubano Julio la Cruz, ya está también en semifinales por la otra parte del cuadro. Antes le espera mañana otro hueso, el italiano Aziz Abbes Mouhiidine, último obstáculo hacia el objetivo de pelear por el oro.

Enmanuel Reyes, nacido en Cuba pero nacionalizado español y afincado en A Coruña, ya no lo tuvo fácil en cuartos de final. Frente a él un Jamar Talley que no se rindió. Y eso que el primer round solo tuvo un color, el azul que ayer llevaba el boxeador del PlanasBox. Muy rápido en defensa, mandó de forma certera unos cuantos puños directos a la cara de su rival. Los jueces así lo consideraron y lo tuvieron claro. Todos, los cinco, le dieron como vencedor. Pero las tornas se cambiaron en el segundo. El coruñés fue más conservador, inteligentemente resguardado, pero eso costó que cuatro de los jueces se decantaran por su oponente y solo uno por él. Había que salir al tercero a por todas. Se lo jugaba casi a cara cruz. Perder era volver a quedarse a las puertas de las medallas. Ganar, abrirlas de par de par e inscribir su nombre en la historia.

Quedaban por delante tres tensos minutos en los que de nuevo llevó la iniciativa e incluso mandó al contrario a la lona. La decisión final estuvo dividida, pero cuatro de los jueces apostaron por el coruñés y solo uno por el rival: 28-29, 28-29, 29-28, 27-30 y 28-29. El árbitro levantó la mano de El Profeta, que las tenía extendidas hacia el cielo, pidiendo el favor de dios —es una persona con unas profundas creencias religiosas—. Las semifinales ya son suyas. Conoce al que mañana estará al otro lado del ring. Él y el italiano ya se han enfrentado antes. Por lo que sabe lo que tiene que hacer. Es una de las virtudes que le achaca su “profe”, como le llama a Chano Planas, que es muy versátil, capaz de adaptarse a todo tipo de situaciones y de combates. Le hará falta en esta nueva lucha que tiene consigo un premio gordo.