“Sí que hay desigualdad. Los chicos viajan en avión y de momento las chicas no. Pero lo que no hay es discriminación”, insiste Emilio Fernández, vicepresidente del Liceo y que ayer habló en nombre de todos sus compañeros de la junta directiva. La dimisión del entrenador del equipo femenino por el trato desigual con respecto al masculino, ambos en la OK Liga, no solo ha supuesto un cisma en el vestuario, sino destapado los graves problemas económicos por los que atraviesa el club verdiblanco, que intenta mantener a tres equipos en las tres principales categorías nacionales con todo los que eso conlleva. “Puede que para decidir que salieran los tres tiráramos más de corazón que de cabeza porque los números no salían. Espero no habernos equivocado”, lamenta.

La directiva del Liceo se esforzó en dejar claro que no es una cuestión de géneros. A ellas les han pedido un esfuerzo en el tema de los viajes, igual que al filial masculino que compite en la OK Plata. “Manlleu tenía que ser en furgoneta por motivos económicos, lo mismo que el OK Plata, que jugaron dos partidos en 24 horas y la vuelta la hicieron durmiendo en el autobús para ahorrar una noche de hotel”, expone Fernández. “También al masculino le estamos pidiendo esfuerzos, como coger el vuelo de las seis y media de la mañana para ahorrar”, indica y aporta el dato de que la diferencia entre viajar en avión y en furgoneta es de 3.000 euros por desplazamiento, es decir, como viajan cada quince días, de 6.000 al mes.

Fernández recordó que, cuando hace tres años la nueva directiva tomó las riendas del club ya calificó al equipo femenino como su “gran apuesta”. “Hemos hecho seis fichajes de primer nivel, para aspirar a cosas mayores. En la medida de lo posible hemos intentado equiparar el equipo con el de OK Liga masculina. Tienen el mismo preparador físico, el mismo fisio, el mismo psicólogo, y entrenan y compiten en el mismo pabellón”, enumeró y pasó a analizar uno por uno los puntos denunciados por la plantilla. En primer lugar, las horas de entrenamiento. “Son tarde porque muchas jugadoras estudian en Santiago y no pueden antes. Los horarios son los que, con mucho esfuerzo, nos ha facilitado el Concello de los que quedaban libres”, alega. Sobre las duchas, justificó que se trababa de protocolo COVID y que es algo que llevaba solucionado más de un mes y dio la razón a las reclamaciones acerca de la lavandería. “Estamos trabajando para intentar solucionarlo”, dijo a la vez que reconoció los impagos: “Se debe alguna dieta y dos nóminas del año pasado y las de este al entrenador. Pero también hay personal del equipo masculino pendiente de cobrar. Es más, estamos pagando nóminas de jugadores que se fueron hace más de ocho años”.

La situación económica es límite. “Deportivamente las cosas nos van de maravilla, pero no estamos consiguiendo capitalizar estos resultados a nivel económico”, explica. “Nuestros ingresos son principalmente de patrocinadores, socios y taquillas. Ninguno ha subido aunque tengamos un equipo más. Desde la directiva trabajamos para revertir la situación. Pero la verdad es que creíamos que íbamos a tener más respaldo y no ha sido así”, añadió. Fallaron las cuentas. “Esperábamos tener más respaldo en número de socios, aunque ya tenemos bastantes, que son dos mil. Tampoco estamos consiguiendo ingresos de taquilla y confiábamos en que alguna marca de la ciudad apostara por el equipo femenino”, admitió. Por eso aprovechó para hacer un llamamiento a “marcas y patrocinadores” para que les echen una mano. “Nosotros lo hacemos lo mejor posible, claro que podemos mejorar, pero necesitamos un respaldo”.