La vuelta de María Sanjurjo al Liceo es uno de los principales atractivos de un equipo que promete muchas alegrías esta temporada. Ya lo fue su estreno goleador contra el Bigues (5-1) en el Palacio de los Deportes de Riazor, a donde regresa mañana para medirse a uno de los cuatro cocos de la OK Liga femenina, el Telecable Gijón. Allí jugó la coruñesa las últimas tres temporadas, por lo que conoce a la perfección a las que de amigas pasarán a ser sus rivales. “Está claro que fuera son mis amigas, pero dentro de la pista no hay amigas”, dice Sanjurjo, “es mi exequipo pero iré a ganar como si fuera cualquier otro”.

El Liceo perdió la semana pasada en Manlleu, esta le toca jugar contra el Gijón y las dos próximas se enfrenta al Cerdanyola y al Palau, los cuatro a priori rivales más complicados de carrerilla. “Hicimos bien al ganar al Bigues, digamos que más de nuestra liga, y ahora estos partidos son sobre todo para disfrutar porque se pueden perder y si se ganan, mejor. No van a a ser fáciles, pero claro que lo vamos a intentar”, comenta.

La jugadora verdiblanca cree que no tiene nada que demostrar. “Allí ya se vio todo lo que soy. Para mí es un partido normal que, como todos, lo quiero ganar”, indica. Sus indicaciones sobre el juego rival han sido tomadas muy en cuenta, aunque de un año para otro los sistemas cambian y todo varía. Lo que se mantiene es la calidad suprema de las jugadoras asturianas, de las que se queda con Marta Piquero. “Es la más peligrosa, tanto en ataque como en defensa”, reconoce y bromea: “Yo la invito a que se quede en Gijón, ya la veré otro día”.

Con las asturianas pasará el proceso de compañeras a rivales mientras que con Adriana Soto lo ha hecho al revés, de rivales a compañeras. La argentina estaba en aquella final del Mundial de Barcelona en la que María Sanjurjo marcó una falta directa y un gol en los últimos minutos que otorgaron la medalla de oro, una más, a la selección española. “Creo que ya me habrá perdonado...”, sigue bromeando. Sanjurjo está convencida de que la plantilla del Liceo tiene mucho potencial: “Me gusta mucho. Somos jóvenes y vamos a demostrar que aquí también hay muy buen hockey. Nos falta todavía Bea —Gaete, que está jugando el Panamericano con la selección de Chile— y el entrenador. En cuanto estemos todos juntos un tiempo, creo que vamos a sorprender mucho”.

Cuando el Liceo se estrenó hace dos semanas contra el Bigues, el equipo solo había completado un entrenamiento al completo porque tanto Soto como Gaete acababan de llegar. “Solo un día y tampoco mucho porque teníamos muchas cosas que explicarles”, recuerda. Por lo que solo pueden ir a más. Incluso Anna Casarramona, jugadora del Manlleu y una de las mejores del mundo, calificó al Liceo como el candidato a ser la revelación del campeonato. “Ojalá. Va a ser difícil aguantar todo el año, más viajando en furgoneta, pero estaría encantada”. Lo que está claro es que no son el típico equipo recién ascendido o como el último Liceo que vio la OK Liga femenina, que terminó el curso con solo dos puntos. Esa suma ya se superó en solo un partido. Y van a por más.

Sin nuevo entrenador todavía

El club sigue trabajando para encontrar al sustituto en el banquillo de Carlos Loureiro, que dimitió la semana pasada por los viajes en furgoneta del equipo femenino. El conjunto liceísta ya jugó hace siete días sin la figura del entrenador, con Noe Uzal y el preparador físico Marc Godayol como los encargados de dirigir a las jugadoras sobre la pista del Manlleu, como también han sido los responsables de los entrenamientos durante toda esta semana. “Ha sido una semana diferente. Noe y Marc están haciendo un trabajo increíble, yo me entiendo muy bien con ellos y estoy muy cómoda, aunque sé que no es definitivo", reconoce María Sanjurjo, que quiere dar carpetazo a la polémica: "Fue más desestabilizadora la semana anterior. Estamos con ganas de pasar página y jugar y entrenar tranquilas, pero eso supongo que no será del todo así hasta que no tengamos al nuevo entrenador".

El hecho de no presentar un técnico con ficha de entrenador nacional, como hizo el Liceo en Manlleu, acarrea una sanción económica, aunque es probable que al haber sido solo una infracción quede en un apercibimiento siempre que esto no se repita en los próximos compromisos. Para que no suceda, mañana presentará su carnet Willy Duarte, exjugador, exentrenador y ahora directivo liceísta. No será él, en principio, el que se haga cargo de la dirección del equipo. Se sigue buscando un candidato que dé el perfil en un escenario complicado ya no solo por el contexto económico, sino porque muchos ya están ocupados.