Javier Fernández inauguró ayer la pista de hielo que estará hasta el próximo 9 de enero en la plaza de A Cubela. Su última visita a la ciudad fue en diciembre de 2019, cuando con su Revolution on Ice llenó el Coliseum con 13.000 espectadores, inimaginable hoy en día. Poco a poco la situación se va a estabilizando y permitirá que pronto vuelva al ruedo.

Hace dos años, en su última visita a la ciudad, acababa de retirarse y decía que no echaba de menos la competición. ¿Sigue igual?

Los entrenamientos para los grandes campeonatos sí que me gustaban un montón, pero lo que son los nervios antes de competir, esos nervios tan extremos, ya no tanto. Yo lo que más echo de menos es estar con los entrenadores, con los compañeros y compañeras y vivir algunas cosas de la competición, pero lo que es la competición en sí, de momento, no lo estoy echando de menos.

¿La gente llega a entender lo que significa y los sacrificios que conllevan el deporte de alto nivel?

Es difícil cuando no haces un deporte de alto nivel entenderlo al cien por cien. Se puede conocer, pero al final lo que lo entendemos somos nosotros, que somos los que estamos ahí diariamente. Es un entrenamiento de 24 horas no porque estés todo el día entrenando, sino porque cuando no lo haces tu mente sigue ahí, en el entrenamiento que has hecho y en el del día siguiente. Eso no sé si lo tienen otros ámbitos de la vida y es lo más difícil para que se entienda.

Llega la competición, se exigen medallas, pero nadie se acuerda de todo el trabajo de los años previos.

Claro. Es un mundo muy complicado, de mucha presión, de muchos nervios, de mucho entrenamiento, mucho sacrificio... por supuesto que también existe en otros ámbitos de la vida, como un trabajo, pero este es totalmente diferente, ni mejor ni peor, pero totalmente diferente.

¿Trabaja con psicólogos?

De momento yo no he trabajado con psicólogos deportivos. Siempre he sabido que es una herramienta que está a mi lado para cuando la necesite. No se puede decir que no si tienes un problema porque puede acarrear cosas más importantes. Si se necesita, están ahí para ayudarnos. Si no, no hace falta.

¿Hubiese hecho lo mismo que Simone Biles en Tokio?

Por supuesto. Yo si viera que necesitara parar o retirarme, lo haría. Sabiendo todas mis obligaciones y teniendo totalmente conciencia de ello, lo primero eres tú mismo. Dan igual las medallas, da igual lo que estés haciendo, si la salud está por medio, siempre hay que escuchar primero a la salud. Creo que Simone (Biles) hizo lo correcto. Comparto su decisión y que tarde lo que tenga que tardar en ponerse bien.

Hablando de salud... ¿cuántos planes le ha frustrado la pandemia?

Prácticamente todos los planes. He estado sin trabajar, sin hacer galas, sin hacer nada... solo pequeñas clases, cosas por internet. Ahora estamos poco a poco retomando la actividad y felices de que podamos volver a un mundo más parecido al anterior, pero seguimos teniendo que tener mucho cuidado.

Exhibición del expatinador Javier Fernández en A Coruña

Exhibición del expatinador Javier Fernández en A Coruña LOC

¿Lo peor es la incertidumbre a la hora de organizar espectáculos?

Siempre vas con miedo de que el día anterior se tenga que cancelar, pero tenemos que aprender a vivir con esa incertidumbre hasta que ojalá algún día esto pase. De momento tenemos que ser pacientes e intentar hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible y con ese cuidado y respeto a lo que está sucediendo.

Vino a A Coruña con Revolution on Ice en diciembre de 2019, poco antes de que empezara la pandemia. Llenó el Coliseum con 13.000 espectadores. ¿Le da nostalgia pensar en ello?

Sí que lo pienso un poco así. Ojalá no tuviéramos que estar pensando esto, pero estas cosas no se deciden y lo único que podemos hacer es adaptarnos a la situación y volvernos más fuertes todos para que lo que venga en el futuro sea mejor.

¿Qué proyectos tiene preparados para los próximos meses?

En principio hacemos Revolution on Ice el 12 y 13 de febrero en Madrid. Es el mismo formato, pero con diferente historia. Cambiamos para que una persona que ya haya venido, pueda repetir. Si las cosas van bien, la idea es ir expandiéndonos y visitando otras ciudades.

Mientras, se puede ir abriendo boca con la pista de hielo.

Es lo que buscamos, que la gente se divierta y disfrute. Además es Navidad y ¡qué hay más navideño que una pista de hielo!