Adriana Soto (Mendoza, 1999) es una de las sensaciones de la OK Liga. En su primera experiencia fuera de casa, la argentina del Liceo, pichichi de la categoría con 14 goles en ocho partidos, tiene mucha fe en las capacidades de su equipo.

Solo lleva tres meses en A Coruña y cuántas cosas han pasado.

Sí que han pasado muchas cosas desde que vine en noviembre. Desde llegar el día antes del primer partido, a la marcha del entrenador, la sanción por no ir a Mataró, el COVID... Pero me siento bastante cómoda, es un buen grupo en general.

Ya toca un poco de tranquilidad.

Sí que me gustaría un poco más de tranquilidad. Es importante para un deportista. Pero nos está costando tener esa normalidad sobre todo por el COVID, que complica todo mucho.

¿Viven en tensión todas las semanas esperando los test del equipo y los del rival?

Es algo más que tenemos que tener en cuenta, con lo que tenemos que vivir, pero también para cuidarse bastante y no contagiarnos.

¿A pesar de todo, es positiva (otra clase de positividad)?

Muy positiva. Estoy con muchas ganas de seguir sumando en los partidos para ayudar al Liceo y llegar lo más alto que se pueda.

¿Cómo califica la victoria del fin de semana en Voltregá?

Era un partido muy complicado tanto por el rival como porque nosotras llevábamos muchas bajas. Creo que lo supimos llevar muy bien por eso tenemos que estar muy contentas.

¿Sabe qué significa pichichi?

(se ríe). Ya estoy informada de que aquí se dice pichichi. Nosotros en Argentina le decimos simplemente goleadora. Está bien ser la pichichi pero yo no le doy mucha importancia a esto sino al hecho de ganar cada partido. Sí que ayuda mentalmente al jugador, pero con que el equipo esté bien llega.

¿Cómo fue el cambio de Carlos Loureiro a Stanis García?

La verdad es que con Carlos no tuve mucha posibilidad de tratar, más que hablar antes de venir, un entrenamiento y un partido. Después ya se fue. Con Stanis ahora estamos muy bien, pero todavía en pleno recambio. Todos unidos lo llevamos bien.

¿Qué les pide el entrenador?

Que seamos un equipo, que juguemos para todas, compacto. Y eso me gusta mucho.

¿Hasta dónde puede llegar el Liceo y cuánto puede influir la sanción en alcanzar estos objetivos?

Influye mucho, son seis puntos. Lo importante es ganar todo lo que se pueda y seguir creciendo todo lo que se pueda. Yo tengo mucha confianza y creo que podemos llegar alto en Liga y Copa.

¿Hay mucha diferencia entre el hockey en Argentina y en España?

En Argentina el nivel es muy bajo y aquí se vive más profesional. La liga es muy competitiva y te mantiene siempre a un nivel alto. Eso ayuda para llegar al Mundial en mejores condiciones. Fue uno de los motivos por los que me decidí a venir. Casi todas las jugadoras argentinas nos hemos venido.

¿Pensando también en el Mundial de San Juan de este verano?

Va a ser un espectáculo. Ojalá pueda estar y vivirlo.

¿Le ha perdonado ya a María Sanjurjo lo del Mundial de Barcelona 2019 (la coruñesa marcó dos goles en la final contra Argentina)?

Es un tema aparte. No se habla (se ríe). La verdad es que en ese partido yo era la primera vez que la veía. Porque ya me habían llamado otras veces para venir a España y nunca me había decidido. Ahora estoy conociendo. Me sorprendió Alba (Garrote), que es muy lírica. Y contra Bea (Gaete) ya había jugado muchas veces, pero nunca había hablado antes con ella porque soy muy tímida y no hablo mucho.

¡Una argentina que habla poco!

(Se ríe) Depende de cada persona. Cuando cojo confianza, ya hablo.