El sábado eran tres las jugadoras del Liceo con coronavirus. Siete, el resto de la plantilla, los contactos estrechos. Y la Federación Española de Patinaje, ciñéndose al protocolo de esta temporada que solo contempla este extremo con cuatro casos, no suspendió el partido contra el Sant Cugat. Pero ayer a primera hora de la mañana el club hizo por su cuenta nuevas pruebas, no obligatorias, y añadió el cuarto positivo a los del día anterior. Entonces sí, encuentro aplazado, pero ya a solo dos horas de su celebración y con el equipo catalán en A Coruña, incluso en el Palacio de los Deportes de Riazor, dispuesto para jugar la décima jornada de la OK Liga femenina. “Si hubiésemos seguido las normas de la Federación, hubiésemos saltado a la pista con una jugadora contagiada”, denuncian desde el club verdiblanco.

El Liceo había pedido el aplazamiento el sábado porque consideraba que, con los dos casos de la plantilla de la semana pasada y los tres de esta, las probabilidades de que el virus estuviera circulando pro el equipo y que hubiera más jugadoras contagiadas eran muy altas. Al tratarse de una formación de categoría nacional con la vacunación completa —sin la tercera dosis—, entrena y juega sin mascarilla y además algunas son incluso convivientes. La Federación Española de Patinaje denegó el sábado el aplazamiento por no cumplir el mínimo contemplado en el protocolo, de cuatro. En la entidad coruñesa exigen reflexión y sentido común, sobre todo en un momento en el que la pandemia parece desbocada. Creen que de haber jugado, los miembros de los dos equipos hubiesen corrido un riesgo completamente evitable y piden anteponer la salud a lo deportivo.

Recurso ante el TAD

El Liceo tiene otro frente abierto con la Federación Española que puede llevarle a recurrir ante el Tribunal Administrativo del Deporte. Desde el club aseguran que agotarán todas las vías deportivas y no deportivas. El equipo femenino fue sancionado con pérdida de partido por 10-0, deducción de otros tres puntos y una multa económica, así como el pago de los costes de apertura del pabellón y de desplazamiento de los árbitros, por no viajar a Mataró. El día anterior, había saltado un positivo en el personal y sin tiempo para descartar un brote, por prudencia, se intentó aplazar el duelo. De nuevo se encontró con el no federativo. Después con la sanción, cuyo recurso fue rechazado esta semana.