El Deportivo Liceo despachó ayer el partido contra el Girona con un cómodo 1-5 con el que inicia el ciclo de tres partidos en una semana de forma triunfal, a la espera de las visitas al Palacio de los Deportes de Riazor del Lleida (miércoles) y el Calafell (sábado). Pese a las bajas de Jordi Adroher y Maxi Oruste, que todavía no se han recuperado de sus problemas físicos, los verdiblancos fueron superiores, sobre todo gracias a un David Torres que marcó dos goles en dos minutos y ya suma siete en sus dos últimos compromisos de liga. El delantero coruñés está en plena forma.

El capitán remató a las perfección las asistencias medidas al primer palo, donde esperaba casi con los ojos cerrados. Jugada ensayada. Raul Pelicano, un peligro constante, recortó en la jugada siguiente, pero Carles Grau no tenía sensación de peligro. Antes del descanso Jordi Burgaya aumentó la cuenta y después de él, Marc Grau también. Un marcador al que César Carballeira puso la puntilla con uno de sus misiles de penalti.

Remontada del filial en Tordera

No pudo conseguir la victoria, que le es esquiva desde hace a seis partidos, pero el filial del Liceo dio una muestra de carácter para remontar un 4-1 en la pista del Tordera, uno de los equipos que se ganó a pulso la calificación de favoritos del grupo, y llevarse un preciado punto. Fue el coruñés Pablo Torres el ejecutor al inicio de los verdiblancos, el que marcó el primero y el segundo, intercalados por el empate de Dani López. Grau y Coll, antes del descanso, creyeron sentenciar. Pero en la segunda parte el conjunto de Sergio Huelves sacó el orgullo y con los tantos de Dani López, Aldo Pérez y Mateo Paz firmaron un empate que da alas para el futuro.