Coruña Big Waves ya piensa en la próxima edición. Desde el momento en que el domingo se entregaron los trofeos a los ganadores, un diseño único hecho en madera natural, y que se empezó a recoger todo el dispositivo preparado en O Portiño, Eric Rebiere y los suyos se pusieron a deliberar qué hay que mantener y qué mejorar el año que viene. El estreno fue mucho mejor de lo esperado. Y eso que las expectativas eran altas. “Todos se fueron encantados”, reconoce el francobrasileño afincado en A Coruña, una leyenda sobre la tabla y cuyo empeño ha sacado adelante esta competición que pretende convertir a la ciudad en un referente internacional de las olas grandes.

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Las mejores imágenes de A Coruña Big Waves Carlos Pardellas

“Estamos bastante contentos”, responde Rebiere desde el otro lado del teléfono mientras espera para tirarse, cómo no, al mar, en este caso para cabalgar las olas de Illa Pancha (Ribadeo), otra zona de la geografía gallega que busca su posicionamiento en esta modalidad. “Creo que todos quedamos satisfechos. Por un lado los organizadores, Concello, Federación, After Surf... y por otro los surfistas, que nos dijeron que había sido una de las pruebas con mejor organización en la que habían estado”, añade. Aunque Rebiere es también crítico y ve detalles que hay que corregir de cara a las futuras ediciones. “Queremos hacerlo cada vez mejor. Yo ya le doy vueltas a cómo podemos poner un barco en el mar para llevar a bordo cosas, sobre todo para los surfistas, como las segundas tablas para los casos de roturas y facilitarles la vuelta; también poner la zona de competidores abajo porque pasaron mucho frío” enumera.

También cree que las condiciones podrían ser mejores. “Las olas pueden ser todavía más grandes y mejores”, dice. Muchas notas en su libreta. “La marea entró un poco temprano”, señala, por eso la competición empezó a las ocho de la mañana, “y el mejor momento es por la tarde, pero también es algo que yo no puedo controlar”. Es lo más difícil de organizar una competición de este estilo. Los nervios de que las condiciones no sean las adecuadas, estar pendiente del cielo y de los partes. De hecho, ya tenía que haberse disputado el año pasado pero fue suspendida varias veces. “Entiendo que los que no están acostumbrados se pusieran un poco nerviosos de si se iba a hacer o no... pero ahora eso ya no existirá para el año que viene”, explica.

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Coruña Big Waves 2022 | Primera toma de contacto de los surfistas con las olas Carlos Pardellas

Las expectativas creadas eran altas y según fue avanzando el día, cada vez fue más el público que se juntó para ver de primera mano las olas —la más grande llegó hasta los diez metros—, y a los surfistas intentando domarlas. “Yo ya creía que habría mucho público porque está muy cerca de la ciudad y porque es un hecho evidente que el surf está creciendo en la ciudad”, advierte. Solo hay que ir a cualquier playa, tanto de A Coruña como de los alrededores, cualquier mañana de fin de semana, con el mar teñido de puntos negros de aquellos que están aprendiendo. El mismo Eric Rebiere tiene su escuela en Bastiagueiro. “Yo creo que para el público también fue un aliciente para empezar a pasear hacia el otro lado de la costa. Siempre van más hacia la Torre de Hércules. Y ahora apreciarán la naturaleza que les rodea. Antes no veían ahí una ola y ahora sabrán que está ahí”, concluye.