El Liceo cumple este año 50 años desde su fundación, en 1972. Medio siglo de vida del club más laureado de Galicia y más de 40 de ellos en la elite como un feudo irreductible contra el dominio catalán. Tanto, que el máximo rival, con más poderío económico, se ha fijado históricamente en los jugadores verdiblancos para reforzar su propia plantilla por un lado y por el otro, para debilitar la de los coruñeses, siempre obligados a reconstruirse —y a su vez a pescar en el siguiente escalón de la cadena—. El primero en fichar por el Barça fue José Enrique Torner, en el año 1981. El último Carles Grau. Una tendencia que vivió sus años álgidos entre 2009 y 2016, cuando hasta ochos jugadores cambiaron de bando.

1981. José Enrique Torner se enroló en la segunda aventura del Liceo en la máxima categoría, la del curso 1980-81. Venía del Tordera y llegaba a un equipo que ya apuntaba alto, con fichajes de relumbrón como el del propio Torner, Nené Zabalía y el portugués Cristiano, considerado junto a Martinazzo el mejor jugador de la época. Los verdiblancos pelearon por la liga con el Barcelona y el Noia y solo tres puntos les separaron a final de temporada. Torner, con 34 goles, fue uno de los jugadores más destacados y el Barça decidió reforzarse con él para la temporada 1981-82.

1983. Al año siguiente de la marcha de Torner llegó uno de los momentos clave en la historia del Liceo con la firma con Caixa Galicia como patrocinador (1981-82). Llegaron los argentinos Martinazzo y Mario Agüero y los primeros títulos, la Copa del Rey y la Copa CERS. El portero de aquel equipo era Pepe Llonch, que tras dos temporada en A Coruña cedió su puesto al año siguiente a José Luis Huelves, por lo que tuvo que marcharse al Reus previo salto al Barcelona en la 1983-84, donde permaneció cinco campañas antes de regresar al Reus.

1993. Se acaban las vacas gordas en A Coruña después de una década gloriosa en la que el conjunto coruñés conquistó seis Ligas, cinco Copas del Rey, cuatro Supercopas de Europa, tres Copas de Europa, tres Intercontinentales, una Copa CERS y una Recopa de Europa. Daniel Martinazzo se retira y Caixa Galicia deja de ser el patrocinador del Liceo. El Barcelona aprovecha para pescar de un plumazo a dos de los pilares de aquel equipo: Fernando Pujalte, aún hoy el cuarto en la lista de máximos goleadores de la historia verdiblanca y que llevaba siete años en A Coruña; y Joan Carles, que hizo las maletas rumbo a la Ciudad Condal después de cuatro temporadas.

1994. No había formado parte de la desbandada del curso anterior Roberto Roldán —tampoco Canalda y Duarte, otros pesos pesados del vestuario—, pero el argentino siguió al año siguiente a sus excompañeros. De nuevo el Barcelona se fijaba en el Liceo para reforzar sus filas, aunque el de San Juan, que había estado seis cursos en A Coruña, duró poco en la entidad azulgrana, tan solo un año, antes de regresar a su país de origen.

Carlos López. Carlos Pardellas

2004. Después de un tiempo de tranquilidad, se abre una década en la que los bailes entre el Liceo y el Barcelona son constantes y en que A Coruña se convierte en el mejor trampolín hacia el conjunto azulgrana, sobre todo para los jugadores argentinos. La abre Carlos López. El delantero argentino había sido uno de los héroes de la Copa de Europa de 2003 y de la Copa de la Reina de 2004 y en seis temporada de verdiblanco se fue hasta los 233 goles antes de la llamada culé.

Reinaldo García habla con el entrenador José Querido. Fran Martínez

2009. Cinco años después se le unió en el conjunto azulgrana Reinaldo García. El también argentino llegó al Liceo procedente del Porto —donde sigue jugando en la actualidad—. Su estancia en A Coruña se redujo a dos años, sin títulos por el medio, y pasó directamente al Barcelona, donde fue más tiempo rival ya que permaneció con los azulgrana seis campañas.

Jordi Bargalló celebra un gol con Marc Gual y Pablo Álvarez. Juan Varela

2011. El Barça presenta dos fichajes estrella para la temporada 2011-12: Pablo Álvarez y Marc Gual, los dos con pasado liceísta. El goleador argentino venía de ganar una CERS y una Copa de Europa y de ser el pichichi de la OK Liga en las filas del Liceo. Había llegado siendo un niño, una apuesta del conjunto coruñés, donde permaneció siete temporadas —incluyó una Torre de Hércules en el diseño de su stick personal— antes de asentarse en un Barça en el que permaneció hasta este año, que se fue al Benfica. Gual, por su parte, solo militó un año en el Liceo (2009-10) con la CERS en su palmarés. Después se fue al Reus para ganar la última liga del conjunto rojinegro —2010-11, junto con la del Liceo en el 2012-13 las únicas que se le han escapado al Barcelona de las últimas 25— antes de recalar en el Barcelona, donde se retiró, aunque ahora ha descolgado las botas en el Forte dei Marmi.

Sergi Miras celebra un gol. Carlos Pardellas

2012. Al año siguiente fue Sergi Miras el que emprendió el camino de vuelta a casa. El jugador ya había salido de la cantera azulgrana y, después de triunfar en el Liceo con dos Copas de Europa seguidas (2010-11 y 2011-12) el Barça le reclamó. No había mejor escaparate. No duró más que un año su aventura azulgrana. Pasó al Vendrell y al Benfica y desde allí recaló de nuevo en A Coruña para dos temporadas (2017-18 y 2018-19) en las que conquistó la Supercopa de España.

Matías Pascual. Fran Martínez.

2013. Tercer año seguido con el puente aéreo entre A Coruña y Barcelona abierto de par en par. En esta ocasión es Matías Pascual el que hace las maletas. El argentino utilizó A Coruña como puerta de entrada en Europa. Tenía 21 años cuando recaló en el Liceo en la 2011-12 (Copa de Europa) y se mantuvo un curso más, 2012-13 (OK Liga). En 2013 se fue al Barcelona, donde sigue jugando.

Eduard Lamas y Lucas Ordóñez. Vïctor Echave

2015. Dos de los protagonistas de la última liga del Liceo, Lucas Ordóñez y Eduard Lamas, llegaron juntos al Barcelona. El argentino, que pasó dos años en la ciudad, donde consiguió un pichichi casi de récord (54 goles), lo hizo previo paso por el Valdagno italiano. El coruñés. a cláusula cero, pero no tuvo suerte en su etapa de dos cursos en la Ciudad Condal y una lesión no le dejó destapar su calidad. Regresó al Liceo en la 2017-18 y tras dos años se fue al Benfica.

Pau Bargalló. Víctor Echave

2016. Pau Bargalló llegó a A Coruña en 2014 para compartir equipo con su hermano mayor, Jordi. El Barcelona ya le tenía en el radar y probablemente la marcha del capitán precipitó también su salida solo dos años después hacia el conjunto culé, donde se ha consolidado como uno de los mejores jugadores del mundo.

2022. En los últimos años había sido Portugal el que había cruzado el Miño para pescar en el Liceo. Especialmente significativo fue lo ocurrido en 2018 cuando Carlo di Benedetto, Xavi Malián y Sergi Miras se fueron al Porto y Eduard Lamas, al Benfica. Este será el destino de Roberto di Benedetto mientras que el portero Carles Grau reabre el viejo camino hacia Barcelona para ser el sustituto bajo palos de la leyenda Aitor Egurrola, que se retira.

Martinell, el único que hizo el camino a la inversa

Si la mayoría de jugadores hicieron la travesía A Coruña-Barcelona, solo uno lo hizo a la inversa. Es el caso de Albert Martinell, que jugó primero en el conjunto azulgrana y después fichó por el verdiblanco.El catalán, 23 veces internacional, jugó en el equipo culé dos temporadas, la 1992-93 y la 1993-94, coincidiendo con Pujalte y Joan Carles. Al año siguiente, mientras Roberto Roldán tomaba dirección la Ciudad Condal, él hacía el camino al contrario para recalar en A Coruña, donde permaneció tres temporadas. Después pasó por el Reus, Vic, Lloret y Alcobendas y regresó en su último año al Liceo.