El sábado, el Barcelona. Y el domingo, el Manlleu. El Liceo tritura gigantes en el Palacio de los Deportes de Riazor. Ayer fue el equipo de Stanis García el encargado de dar continuidad al fin de semana grande de los verdiblancos, iniciado el día anterior por el de Juan Copa, al imponerse al Manlleu por 1-0 en un partido muy igualado que se decidió con un penalti transformado por Alba Garrote a dos minutos para el final del mismo. A las coruñesas les faltaba una victoria de prestigio como esta, ante el vigente campeón de la Copa de la Reina, para sacudirse muchos de sus demonios. Merecido y buscado premio que llega en un tramo muy exigente porque el miércoles visitan al Telecable Gijón y el próximo domingo reciben al Cerdanyola, segundo y quinto respectivamente.

Las fuerzas estaban muy niveladas. El catalán es un equipo en el que sobresalen grandes nombres, como el de Anna Casarramona y el de María Díez, pero la solidez defensiva imprimida por Stanis desde su llegada dio sus frutos. Como hace una semanas en la pista del Vilasana, donde las verdiblancas supieron contener al poderío ofensivo del líder, las coruñesas cubrieron todos los huecos y Vicky Caretta también respondió cuando las visitantes alcanzaron su portería. Antes del descanso, el Liceo tuvo su gran ocasión de adelantarse con un penalti, fallado por Adriana Soto.

En la reanudación siguió el mismo guión. Buena defensa. Pero el Liceo también buscaba cada vez que podía la portería contraria. Tuvo un par de ocasiones claras, casi siempre con Adriana Soto y Alba Garrote como protagonistas. Y fue la asturiana la que, cuando el árbitro señaló penalti a 1:25 para el final, tomó la responsabilidad de hacer el lanzamiento que se fue a la red. El Manlleu jugó sin portera el tiempo que quedaba para buscar el empate. Pero la resistencia verdiblanca dejó el triunfo en casa.