El Liceo ya está donde quería estar, entre los cuatro mejores de Europa. Un lugar que no ocupaba desde aquellos gloriosos 2011 y 2012, hace una década, cuando conquistó dos títulos seguidos (más el de la CERS del año anterior). Lo consiguió ayer tras imponerse por 6-0 al Noia, con comodidad, mucho más de lo esperado. Los verdiblancos estuvieron inmaculados en defensa, como demuestra que la portería de Carles Grau se quedó a cero. Conocían bien los puntos fuertes de su rival y no dejaron que Eloi Mitjans, todavía un poco tocado, disparara ni que Roc Pujadas corriera. Y a partir de ahí, solo tuvieron que soltarse en ataque. Un trabajo en equipo. De hecho, los seis goles fueron obra de seis jugadores diferentes. Y los dos que se quedaron sin marcar no fue porque no tuvieran ocasiones. En las semifinales (el sábado, 13.00 horas) le espera el Benfica.

Álex Rodríguez, defendido por un jugador del Noia. | // V. ECHAVE

Contra el Noia se repitió el guión de siempre. El Liceo salió arrollador. En cinco minutos habían pasado muchas cosas, no todas buenas. Porque un par de desajustes defensivos estuvieron a punto de causarle un disgusto a los verdiblancos. Uno de Jordi Bargalló incluso antes de que abrieran el marcador. El excapitán se quedó solo y enfiló la portería, pero la bola se marchó demasiado alta y eso dio una vida nueva a los de casa. Roberto di Benedetto lo intentó con un cañonazo. Pero fue Jordi Adroher el que con una definición de maestro, con regate y amago previos incluidos, el que señaló el camino con el primero. Una virguería que puso en pie al Palacio. La cuenta se abría y pudo aumentar con el penalti y la azul a Esteller. Carballeira no acertó el penalti y en superioridad el Liceo lo llegó a pasar mal por la velocidad de Roc Pujadas.

Solo iban cinco minutos. El Noia tuvo que cambiar de plan. Empezó a hacer defensa doble sobre Roberto di Benedetto, el timón verdiblanco. Se atascaron un poco los coruñeses, nada que el francés no pudiera solucionar. Ya se le está echando de menos y aún no se ha ido. Se ha reservado lo mejor para el final de la temporada y llega en un estado de forma excepcional, firmando otro gol, el segundo de la tarde, marca de la casa. Según fue avanzando el tiempo, el partido bajó en intensidad. El Liceo estaba perfecto en defensa, pero Juan Copa les pedía a los suyos que jugaran a algo. El Noia reaccionó y tuvo un par de ocasiones seguidas en las que probó a un Carles Grau casi inactivo hasta entonces. En cuanto el Liceo volvió a subir la intensidad, sentenció el partido. Los jugadores locales juegan de memoria. Casi con los ojos cerrados. Primero Maxi Oruste tuvo un gesto técnico y definió a las mil maravillas para el tercero y después David Torres aprovechó en el segundo palo una asistencia de Jordi Adroher (4-0 al descanso).

Adroher repitió pase perfecto al segundo palo para César Carballeira, un quinto tanto al arranque del segundo tiempo que ya dejó al Noia, más cansado —el día anterior había acabado a las once de la noche—, sin reacción. El Liceo fue a por más y si no cayó una auténtica goleada fue porque Marc Grau muy activo, tuvo sin embargo mala suerte de cara a portería y porque Adroher falló una directa. Sí que redondeó el set Jordi Burgaya, ya en la recta final, en la que los de Sant Sadurní también erraron por medio de Mitjans su bola parada.

Copa: “El sábado necesitamos el pabellón lleno”

“Estamos entre los cuatro mejores y ya es un dato a tener en cuenta”, destacaba ayer Juan Copa tras la victoria del Liceo contra el Noia, “pero ahora queremos dar un paso más para estar en la final, estamos en casa y vamos a por todas”. Para eso el entrenador verdiblanco pide que el Palacio de los Deportes de Riazor sea el sábado a las 13.00 horas un hervidero: “Necesitamos el pabellón a tope. Nos van a tener que ayudar porque con cualquiera de estos trasatlánticos —no se sabía si era el Barça o el Benfica el rival— vamos a pasar momentos complicados”. No fue así el jueves contra el Noia, partido en el que Copa destaca la solidez de los suyos y, ante todo, su espíritu de equipo. “Lo teníamos muy bien trabajado y desde la solidez defensiva somos muy difíciles de ganar. Y en ataque fuimos un equipo por encima de cualquier jugador. Cuando pasa eso, podemos aspirar a cosas importantes”, concluyó.